Al estar en el baño de tu casa no significa que estés a salvo de tener infecciones y bacterias. Tener una rutina establecida te ayuda a tener un control sobre las cosas, pero también hace que no te des cuenta de ciertas cosas que son incorrectas. Rasuradoras: Son un arma de doble filo porque además de cortar el vello contienen varios gérmenes. Si ya tienes tiempo usándola, duplica el riesgo de cortarte y de contraer infecciones tan serias como la hepatitis. La esponja eterna: Algunas bacterias como la P. aeruginosa crecen después de 24 horas de exposición a una esponja. Se recomienda cambiarla cada 8 semanas. Toallas de mano: Las bacterias se alojan en las toallas mojadas. Cada vez que las utilizas se podría generar alguna infección en cualquier parte del cuerpo, advierte el Centro de Simmons College.