Especialista señala que más del 50% de las ecografías abdominales en EsSalud resultan en diagnóstico de este mal
En los últimos años, los casos de hígado graso en el Perú han experimentado un aumento significativo debido al consumo excesivo de comida chatarra y alimentos ultraprocesados. Si no se tratan a tiempo, estas afecciones pueden evolucionar hacia enfermedades graves, como la cirrosis o el cáncer de hígado.
La esteatosis hepática, conocida comúnmente como hígado graso, es una condición en la que se acumula una cantidad excesiva de grasa en las células hepáticas. Con el tiempo, el exceso de grasa puede inflamar y dañar el hígado, afectando su capacidad para funcionar correctamente.
Según el doctor Luis Eduardo Cervera, gastroenterólogo del Seguro Social de Salud (EsSalud), esta enfermedad se asocia principalmente con trastornos metabólicos como la obesidad, la diabetes y la resistencia a la insulina. Los pacientes con estos factores de riesgo son los más propensos a desarrollar hígado graso, aunque muchos desconocen su condición debido a la falta de síntomas evidentes.
“Algunos pacientes llegan a consulta convencidos de que padecen hígado graso debido a síntomas como mal sabor en la boca o descamación en las manos, pero estos son solo mitos. La realidad es que esta enfermedad rara vez presenta síntomas o causa dolor, lo que hace aún más importante su prevención“, comentó.
Aumento de casos en Perú
El diagnóstico de esta enfermedad se realiza, por lo general, mediante una ecografía abdominal, que permite evaluar la densidad del hígado y detectar la acumulación de grasa. De acuerdo con el especialista, en EsSalud, más del 50% de las ecografías realizadas a pacientes con factores de riesgo resultan en un diagnóstico de hígado graso o, en el peor de los casos, cirrosis hepática.
Esta cifra alarmante refleja el impacto de los hábitos alimenticios poco saludables que prevalecen en la población peruana. “Cada vez hay más personas con sobrepeso u obesidad debido al consumo excesivo de comida chatarra y carbohidratos simples. Esto hace que la población sea más propensa a desarrollar problemas metabólicos y, por ende, hígado graso”.
Asimismo, indicó que, el aumento de casos de hígado graso en el país también se vio agravado por el sedentarismo y el auge de la comida rápida tras la pandemia por el covid-19. Por ello, es vital que la población tome conciencia sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable.
“Respecto a los casos detectados por EsSalud, podemos observar que la mayoría de los pacientes son hombres mayores de 30 o 35 años quienes han mantenido durante mucho tiempo un desorden alimentario. No obstante, esta enfermedad también puede afectar a adolescentes, sobre todo si en la niñez han tenido problemas de sobrepeso”, añadió.
¿Cuál es el tratamiento?
Cervera señaló que se han investigado múltiples tratamientos para buscar cura o alivio al hígado graso; sin embargo, la única práctica que ha demostrado científicamente la reducción de los niveles de grasa en este órgano, es bajar de peso.
De acuerdo a los estudios realizados, lograr una disminución de al menos 5% del peso inicial producirá una mejoría significativa que se podrá confirmar con los estudios ecográficos o de elastografía.
En ese sentido, recomendó evitar los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares simples y carnes rojas, y optar por una dieta basada en proteínas magras (pollo, pescado o pavita), carbohidratos de lenta absorción (yuca, camote, tarwi, entre otros) y una alta ingesta de frutas y verduras.
También aconsejó tomar café con moderación, de tres a cinco tazas al día, debido a que su alto contenido de antioxidantes puede ayudar a prevenir el hígado graso y otras enfermedades hepáticas. No obstante, quienes sufren de gastritis o reflujo gastroesofágico deben evitar su consumo.
“No existen remedios herbales”
El doctor Cervera pidió a la población no dejarse llevar por productos milagrosos o remedios herbales que prometen curar el hígado graso, ya que pueden ser contraproducentes y agravar la condición. La prevención y el control de esta enfermedad deben ser guiados por profesionales de la salud, como gastroenterólogos y nutricionistas, quienes pueden ofrecer un plan de tratamiento personalizado.
Para prevenir esta afección, se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física tres veces por semana y seguir una dieta mediterránea balanceada, que distribuya adecuadamente los carbohidratos, proteínas y grasas en las comidas diarias.
Por último, es esencial que aquellas personas con sobrepeso, obesidad o diabetes se realicen chequeos regulares para detectar a tiempo cualquier indicio de hígado graso. Una detección temprana y un tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves como un irreversible cuadro de cirrosis o el cáncer hepático, garantizando una mejor calidad de vida.