¡Banzai!

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El contralor Nelson Shack volvió a sumar con los dedos en los últimos días, pero ni así le cuadran los números de las vacunas chinas aplicadas en el Perú. El viernes estuvo a punto de perder los papeles cuando nadie en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) le pudo explicar a dónde había ido a parar el remanente de las 3,200 dosis de Sinopharm destinadas al personal médico a cargo del estudio. Pero ahí no quedó la cosa, pues advirtió que se trataría de un ‘pseudo ensayo clínico’ para permitir un ‘tráfico de vacunas’.

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