En cada país hay ritos, música, preparativos, ornamentas y costumbres distintas.
México. En diversas ciudades se mantiene viva la tradición de ir casa por casa anunciando el nacimiento de Cristo, con imágenes de José y María, como la noche en que nació Jesús. El calor del verano en América del Sur modifica la tradición europea y en muchos países las casas se adornan con flores.
Australia. Se celebra durante el verano, como en la Argentina, por lo que el clásico ambiente navideño tiene playas y Santa Claus veraniegos.
Filipinas. Uno de los pocos países de tradición católica mayoritaria en su población, ya que fue colonia española, se celebra la Navidad de forma muy similar a la nuestra, con misa del gallo incluida y con otras tradiciones resultantes de las antiguas que tenían los habitantes de esas tierras, con otras que les llegaron desde la vieja Europa.
En España las calles se iluminan con luces de colores, las plazas se llenan de mercadillos con productos típicos, las familias se reúnen en Nochebuena con la misa del gallo a las doce de la noche. Comidas típicas como cordero, lombarda, pavo, nueces, turrones y mazapanes sobre las mesas adornadas con flores de Pascua, velas, algo que coincide mucho con la manera de festejar de los argentinos.
Italia prefiere las lentejas a las uvas en Nochevieja. En Nochebuena, las familias se reúnen a la mesa para la tradicional cenone (la gran cena). Esa misma noche los niños, reciben la visita de Papa Noel. Pero todavía hay más regalos, los que el 5 de enero reparte una bruja buena llamada Befana.
Alemania. El día de después de la cena de Nochebuena, los niños esperan con impaciencia los regalos. Cuando suena una campanita (que está colocada detrás de la puerta), los niños salen corriendo porque saben que debajo del árbol se encuentran sus regalos, pero… no podrán abrirlos hasta que no canten el tradicional villancico de Noche de Paz «Stille Nacht, heilige Nacht».
Suecia exhibe uno de los ritos navideños más bellos. El 13 de diciembre, día de Santa Lucía, la más pequeña de la casa despierta a sus padres con un desayuno hecho con café y tortas. La niña viste un gorro con velas brillantes y en la casa es llamada «reina Lucía». Por un día es la persona más importante de la familia, porque representa la luz y el fuego.
Francia. Para los franceses, las Navidades comienzan el 6 de diciembre con la llegada de San Nicolás, que trae regalos a los niños, aunque el ambiente navideño se puede respirar desde el 25 de noviembre, día de Sainte Catherine. Está muy extendido el calendario de Adviento y cada día que pasa hay que abrir una de sus ventanas.
Irlanda. La gran mayoría de los irlandeses son católicos, por eso las tradiciones navideñas del país están muy influidas por esta confesión. Una de las tradiciones más singulares de la decoración navideña en Irlanda son las velas. Se coloca una gran vela blanca en la entrada de la casa o en alguna ventana. Esta vela la enciende el más pequeño de la casa el día de Nochebuena, un símbolo para dar la bienvenida a la Sagrada Familia y sólo podrá ser apagada por una niña o una mujer llamada María.
Honduras. La Navidad se inicia el 24 de diciembre con la aparición de Warini. Así se lo llama al anunciador o «Espíritu» de la Navidad.
Reino Unido. Para los británicos, el muérdago es un ícono de la Navidad. La rama de esta planta protege contra los males y trae la suerte a los hogares. La tradición es pararse debajo de una rama de muérdago y besar a la persona que se tiene enfrente, como símbolo de buen augurio.
Estados Unidos. Nueva York se ilumina para recibir la Navidad, especialmente el centro de Manhattan, con sus enormes árboles de Navidad del Rockefeller Center, el de Chanel Garden y sus espectáculos navideños del gran teatro neoyorquino Radio City Music, y de todo Broadway.
India. Las lámparas de arcilla cubren las paredes de los hogares al igual que se hace durante la festividad hindú de Diwali.
Rusia. La Babushka es, según la leyenda, una figura navideña que reparte regalos entre los niños buenos ya que declinó ir a ver a Jesús con el resto de sabios debido al frío.
Japón. Cuando llega diciembre, los habitantes del país nipón se apresuran a saldar cuentas, a limpiar sus casas y enseres, e, incluso, a renovar el vestuario, como símbolo de la entrada del nuevo año.
Los más pintorescos
Brasil. En la Navidad brasileña, el mar juega un relevante papel. En Nochevieja, el cielo de las playas cariocas de Ipanema y Copacabana se ilumina con los fuegos artificiales. En la legendaria Copacabana, las filhas do santo (sacerdotisas africanas) encienden velas y lanzan al mar pequeños barcos llenos de flores y regalos. Si la marea se los lleva, es un buen presagio, ya que significa que Yemanjá, Diosa de los Mares, bendice el nuevo año. Esta misma deidad derrama sus bendiciones sobre los habitantes de la ciudad de Salvador de Bahía, que vestidos de blanco o del color del santo del candombé que reine durante el año entrante, bañan en el mar sus pies desnudos.
Bélgica. La gente acostumbra salir a patinar el día de Navidad después de la típica comida familar. San Nicolás (Papá Noel), visita el 4 de diciembre a los niños de la ciudad para comprobar que fueron buenos y dos días más tarde regresa para dejar regalos y caramelos a los que se portaron bien y una ramita en el zapato a los más traviesos.
Finlandia. A los finlandeses les gusta colgar de las ramas del árbol de Navidad hileras de banderas de distintos países como símbolo del hermanamiento entre pueblos y culturas. Tienen una antigua tradición: el «pikkujoulu» o «Pequeña Navidad», que consiste durante los días previos a la Nochebuena después de la jornada laboral para hacer las decoraciones navideñas en los hogares.
Letonia. «Un regalo, un poema», este es el lema navideño en ese país. La costumbre letona dice que en la noche de Nochebuena justo después de la cena, hay que buscar junto al árbol los regalos de Navidad, pero nadie podrá tomar el suyo sin antes recitar un pequeño poema.
Polonia. El festejo tradicional incluye títeres, algo único en el mundo. En el pesebre hay un pequeño escenario teatral para las marionetas. Se suelen representar clásicos episodios del nacimiento de Cristo e historias satíricas y costumbristas. En Nochebuena toda la familia se reúne para cenar y como es tradicional, en todas las mesas se coloca un cubierto más de lo normal y una hoja de oblea que los comensales parten como símbolo de reconciliación.
La celebración judía
Janucá. Este año la Navidad se aproximó en el calendario a la celebración de la Janucá judía, que se inicia el lunes y concluye el 2 de enero. Con esta fiesta los judíos conmemoran la purificación del Templo de Jerusalén en el año 165 a.c., tras la revuelta de los Macabeos contra el monarca seleúcida Antíoco Epifanes, que, siguiendo la tradición helenística de su dinastía, había implantando el culto a Zeus a fin de que los bíblicos israelitas asimilasen esa cultura.
La Navidad cristiana y la Janucá hebrea tienen muy poco que ver en su fondo, pero mucho que ver en la forma de celebración.
Si bien sus significados y sus orígenes son muy distintos, ambas festividades tienen en común, entre otros aspectos, la época en que se celebran, los ocho días de duración de la festividad hebrea y los ocho días de distancia entre la Navidad y el Año Nuevo cristiano, el carácter familiar y hogareño, los regalos para los más pequeños, la obligación de mostrar el símbolo de la festividad en lugar visible para todos y, por sobre todos los detalles, la importancia otorgada al elemento de la luz.