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El cardenal Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima, ha juramentado en el cónclave del Vaticano, donde se elegirá al sucesor del fallecido papa Francisco.
Castillo, quien representa a Perú en este proceso, ha prometido silencio y respeto a las reglas establecidas para la elección del nuevo pontífice.
El cónclave: un proceso hermético
El cónclave es uno de los procesos electorales más cerrados y tradicionales de la Iglesia Católica. Su nombre proviene del latín cum clavis, que significa “bajo llave”, en referencia al aislamiento de los cardenales electores. Este rito se activa entre 15 y 20 días después del fallecimiento del papa, permitiendo que los cardenales menores de 80 años lleguen a Roma y participen en las Congregaciones Generales, donde se reflexiona sobre el futuro de la Iglesia.
Cada jornada de votación puede incluir hasta cuatro escrutinios, en los cuales los cardenales depositan su voto en una urna especial. Si no se alcanza la mayoría necesaria, las papeletas se queman y el humo negro indica que aún no hay un nuevo pontífice. Cuando se logra el consenso, el humo blanco anuncia al mundo que se ha elegido papa. El elegido debe aceptar su nombramiento y elegir un nombre papal antes de ser presentado en el tradicional Habemus Papam.
Carlos Castillo y su pronunciamiento sobre la crisis en Perú
Desde Roma, y a pocas horas de juramentar en el cónclave, Carlos Castillo expresó su rechazo ante el asesinato de 13 trabajadores mineros en Pataz, La Libertad. En su mensaje, criticó la actuación del Gobierno de Dina Boluarte, acusándolo de falta de planificación y responsabilidad. Instó a las autoridades a abandonar la improvisación y a comprometerse con el bien común, enfatizando la necesidad de una administración orientada a la justicia y equidad social.
El cardenal también señaló deficiencias en el Ejecutivo y el Congreso, llamando a los líderes del país a asumir su responsabilidad con seriedad. Exhortó a la ciudadanía a organizarse y actuar colectivamente, alertando sobre el abandono del deber por parte de las autoridades y el impacto de la inseguridad en el país.
«El autoritarismo no debe convertirse en una norma de gobierno ni en una forma de vida para el pueblo peruano», advirtió Castillo, subrayando la importancia de fortalecer una Iglesia comprometida con la solidaridad y los derechos humanos.
La participación de Carlos Castillo en el cónclave no solo representa a Perú en la elección del nuevo papa, sino que también ha servido como plataforma para pronunciarse sobre la crisis política y social en el país. Mientras el mundo espera el anuncio del nuevo pontífice, su mensaje resuena como un llamado a la responsabilidad y justicia en el Perú.
