Consumo de ansiolíticos estaría aumentando, especialmente en mujeres, advierten

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La facilidad para adquirirlos y su efecto tranquilizador momentáneo estaría llevando a muchas personas con altos niveles de estrés y ansiedad a consumir ansiolíticos, advirtieron expertos en salud mental.

El psicólogo Milton Rojas, del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro), señaló enfático que los ansiolíticos o tranquilizantes pueden generar adicción y es importante que las personas lo sepan.

Reconoció que este tipo de fármacos son recomendados para el tratamiento de diversos problemas de salud mental, como la ansiedad clínica, pero siempre bajo supervisión de un médico, quien conoce las dosis y el modo de su empleo. Sin embargo, no todos cumplen con estos requisitos. 

“Hay que advertir que los tranquilizantes generan adicción, una dependencia muy marcada, difícil de tratar. Las personas los buscan como los adictos a la cocaína o el alcohol. El adicto a los medicamentos iniciará una búsqueda intensa del fármaco, asumiendo incluso comportamientos antisociales, como la mentira, la manipulación, el chantaje o el robo, a fin de encontrar la medicación”, señaló.

Una reciente encuesta Cedro arrojó que el 32.8% de la población entrevistada (entre 18 a 59 años) consumió diversos medicamentos sin receta médica durante el aislamiento social obligatorio y que continúan haciéndolo.

Pero estos datos solo confirmarían la tendencia de estudios más grandes donde ya se advertía el abuso de tranquilizantes, por ejemplo, entre escolares y en particular mujeres, advirtió Rojas.

“La tasa de consumo de estos fármacos entre escolares, universitarios y población en general ya era de consideración (antes de la pandemia). Hay mucha gente que viene consumiendo, sobre todo tranquilizantes, hace muchos años y ahora que se ha visto más estresada por la pandemia, posiblemente ha incrementado su dosis”, comentó.

Efectos artificiales 

Para el experto, son diversas las razones que explican el uso indebido de medicamentos. “Si bien en teoría se requiere una receta médica para comprarlos, es relativa la facilidad para acceder a ellos. Ahora mismo puedes mandar a un chico de 16 a 17 años a comprar diazepam y lo logra. Pero también es verdad que las grandes cadenas han tomado más en serio su control. Lo lamentable es que en provincias y diversos distritos de Lima la alta accesibilidad sigue siendo un problema”.

La segunda causa es el efecto tranquilizador que tienen y que es tan buscado en momentos de enorme estrés o ansiedad como el que experimenta un gran número de personas debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus.  “Casi inmediatamente nos vamos a sentir bien y relajados, pero estos efectos son totalmente artificiales. Una vez pasado el efecto tranquilizante, la persona estará nuevamente conectada con el estrés”.

Muchas conductas de automedicación, dijo, surgen en hogares donde los padres consumen de manera sistemática pastillas de distinto tipo sin que exista la indicación formal de un profesional de la salud. 

“Si los padres tienden a automedicarse y los niños observan esta conducta, el riesgo de internalizarla es muy alto. Hay que tomar medicamentos bajo receta médica y con monitoreo de médicos. No hay que tomarlos así nomás, sobre todo los tranquilizantes, por los diversos efectos que tienen”.

Advirtió que existe también un grupo de personas que suele mezclar tranquilizantes con alcohol o bebidas energizantes, complejizando más el caso y las reacciones adversas que pueden llevarlas hasta un servicio de emergencia. “El uso de medicamentos solo va a empeorar la situación”.

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