EL AMOR EN TIEMPOS DEL COVID

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Vizcarra y su esposa se vacunaron a escondidas mientras peruanos caían como moscas 

Embajador de China ingresó a Palacio de Gobierno el 19 de octubre del 2020 con otros dos paisanos gracias a la intermediación solapada del nuevo secretario general del Despacho Presidencial.

“Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados”.

La imaginación de Gabriel García Márquez- nunca su prosa- palidece ante la trama siniestra que habría urdido tras los muros de Palacio de Gobierno el recién vacado presidente Martín Vizcarra para librar junto a su esposa, la maestra de escuela Maribel Díaz Cabello, a la epidemia de coronavirus.

La bomba estalló en la noche del miércoles 10, cuando el periodista Beto Ortíz cantó en su programa de Willax TV que la pareja presidencial había sido inoculada en silencio con el suero de Sinopharm, en setiembre del año pasado, aprovechando la llegada de una misión china al Perú.

El periodista dijo que el ofrecimiento del gobierno de Xi Jinping habría sido inocular a todo el gabinete pero que el entonces zarandeado jefe de Estado habría optado porque los inmunizados sólo fuesen él y la madre de sus cuatro hijos: Diana, Daniela, Diamela y Martino.

LA PRIMERA SEMANAL pudo verificar en documentos oficiales que el 19 de octubre del 2020- veinte días antes de que Martín Vizcarra fuese vacado- el embajador de la República Popular China en el Perú, Liang Yu (Pasaporte N.º 20191983) visitó Palacio de Gobierno junto a dos de sus compatriotas, Li Yun (Pasaporte N°20190944) y Yao Yuang (Pasaporte N.º 20190928), en el contexto del regalo de las vacunas.

En aquella ocasión- según la documentación oficial- la comitiva china fue recibida por Pedro Pablo Angulo de Pina, quien había sido nombrado un mes antes- el 14 de setiembre de ese año- como nuevo secretario general del Despacho Presidencial. Y la escobita nueva barría bien.

La reunión duró una hora- de 10:48 a 11:46 de la mañana-  y en ella participó el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Mario Juvenal López Chávarri. En este tema, definitivamente, hay mucha tela que cortar.

Y como en la novela de Gabriel García Márquez, ella preguntará:

– ¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo?

Y él contestará:

– Toda la vida.

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