“El arte suele ser un termómetro de los momentos históricos en que es producido”

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Entrevista a Eliana Otta, curadora de la muestra “Derecho de vida. Tejiendo círculos ecofeministas en Perú”

Gabriela Koc en la exposición ‘Derecho de vida’.

‘Derecho de vida’ es el nombre de la muestra colectiva que este mes reúne trabajos de 10 artistas peruanas y que, un conjunto, constituyen una polifonía de voces en torno al feminismo, la ecología y las amenazas para la vida y la naturaleza “en un contexto de herencias coloniales y economía extractivista”.

La curadora de esta exposición es Eliana Otta, artista, escritora y docente que, en su faceta de investigadora, explora las conexiones entre los afectos y la política, la relación del ser humano con la naturaleza en economías liberales y “las posibilidades del arte para contrarrestar las violencias que nos rodean”.

En el Centro Cultural de España (CCE) ‘Derecho de vida’ presenta trabajos realizados con medios diversos por las artistas Carolina Bazo, Clara Best, Irma Cabrera, Carolina Estrada, Vered Engelhard, Aileen Gavonel, Gabriela Koc, Lici Ramírez, Romina Chuls, Elena Tejada y Trenzando Fuerzas.

En esta muestra, las artistas participantes “materializan visiones nutridas por el ecofeminismo, corriente de pensamiento y acción que hermana feminismo y ecologismo”. Este es, precisamente, el eje de reflexión en la siguiente entrevista con la curadora Eliana Otta.

Eliana Otta, curadora de la muestra ‘Derecho de vida’. Fotos: Cortesía CCE.

Reconociendo el carácter transversal de urgencias como el calentamiento global, el cambio climático, la desertificación, ¿qué pueden hacer el arte y los artistas frente a desafíos de tal magnitud?

– El arte suele ser un termómetro y diagnóstico de los momentos históricos en que es producido, evidenciando cambios en sociedades y subjetividades, pero, además, tiene la capacidad de prefigurar los tiempos por venir. Cuando los gobiernos no son capaces de contrarrestar los destructivos intereses de la agroindustria y la ganadería industrial, de las corporaciones tecnológicas y extractivas, y cuando los efectos del cambio climático se hacen más tangibles día a día, el arte aparece como posibilidad de denuncia, de archivo afectivo, herramienta de conexión y para renovar la imaginación. 

Dado que las simultáneas crisis que enfrenta el planeta se deben a los efectos de un modelo civilizatorio basado en la alienación del ser humano de la naturaleza, las y los artistas tenemos el desafío de proponer creaciones capaces de reconectarnos con la red vital a la que pertenecemos como especie, mostrando otros caminos posibles para relacionarnos con lo micro y lo macro sobre una base de respeto, cariño y horizontalidad. 

¿Cómo define operativamente el ecofeminismo y cuáles son sus propuestas centrales?

– El ecofeminismo relaciona los procesos de explotación y maltrato a los que es sometida la naturaleza con aquellos que sufren las mujeres y diversos grupos sociales no privilegiados bajo las dinámicas producidas por el capitalismo, colonialismo y patriarcado. Es un campo de pensamiento y acción que hermana la ecología con el feminismo y que busca liberar a la tierra y a las personas de situaciones de opresión y degradación. Frente al antropocentrismo hegemónico, que construye oposiciones jerárquicas entre humano-animal, cultura-naturaleza, civilizado-salvaje, el ecofeminismo propone relaciones de sujeto a sujeto, donde los seres humanos nos entendamos parte de un complejo tejido de relaciones ecodependientes. 

¿En qué espacios están ganando terreno las propuestas del ecofeminismo?

– Desde Europa, Estados Unidos o la India, el ecofeminismo propone alternativas a los efectos tóxicos de la agroindustria en la tierra, defiende la soberanía alimentaria y exige el reconocimiento de las capacidades de las mujeres y lo que llamamos naturaleza para generar y sostener la vida. Desde Latinoamérica, a partir de las luchas de comunidades indígenas, el ecofeminismo propone el concepto de cuerpo-territorio, como una herramienta teorética y movilizadora para entender las formas en que las violencias ejercidas sobre cuerpos específicos tienen conexiones y efectos en territorios específicos y viceversa.

Desde la perspectiva del ecofeminismo, ¿existe posibilidad de frenar las amenazas a la vida sin tener que suprimir necesariamente el modelo de economía extractivista?

– Los desafíos actuales no pueden ser abordados con medidas generalistas o unversalistas, sino que deben ser entendidos contextualmente. Desde el ecofeminismo se exige que las comunidades directamente afectadas sean las primeras consultadas respecto a las intervenciones en sus territorios, y que sus conocimientos y convicciones sean respetados y valorados. Se demanda privilegiar las redes vitales que nos sostienen y abrirnos al cambio de paradigma que necesitamos para enfrentar la realidad del cambio climático. Las industrias extractivas a nivel local y global tendrán que controlarse, adaptarse cuidadosamente y reducirse al mínimo necesario si queremos hacer menos catastrófica la transición del holoceno a un incierto futuro donde las condiciones planetarias pueden volverse hostiles para la vida humana. 

En tanto arte nutrido desde una propuesta conceptual como el ecofeminismo, ¿qué vamos a encontrar en ‘Derecho de vida’?

– Una selección variada de trabajos en dibujo, cerámica, video, tejido, creaciones individuales y acciones colectivas que muestran que el ecofeminismo en el Perú implica aprender de diferentes culturas y tradiciones, así como tejer vínculos con comunidades y territorios concretos, muchas veces afectados por conflictos socioambientales. En un contexto marcado por los duelos imposibles causados por la pandemia de covid-19, las continuas crisis políticas, la impunidad, la corrupción y la polarización, esta exposición ofrece visiones del mundo cargadas de empatía y ternura, capaces de renovar nuestra esperanza y nuestras visiones sobre las distintas realidades coexistiendo en el Perú. 

Siguiendo una secuencia de comunicación (emisor-mensaje-receptor-respuesta) y como curadora, ¿qué espera del público que se acerque a apreciar la muestra ‘Derecho de vida’?

– Que se acerque con curiosidad y apertura, atento a las formas en que las artistas se relacionan con personas, lugares y seres no humanos. Que presten atención a los detalles, metodologías y lenguajes artísticos elegidos para sus proyectos, así como a sus palabras, formas, colores, materiales. Que puedan preguntarse por las diferentes culturas, tradiciones y estéticas que se ponen en diálogo en sus trabajos, así como por sus motivaciones, deseos y preguntas. Que piensen en sus experiencias personales, recuerdos y referentes que puedan relacionar con lo expuesto y que imaginen cómo abordarían ellos los temas presentados. Además, hay un mapa del país que invita a los asistentes a intervenirlo, para compartir conocimientos sobre iniciativas y proyectos ecofeministas en el Perú.

¿Qué idea resume la propuesta de ‘Derecho de vida’?

– Esta exposición nos invita a celebrar la vida, nuestra capacidad de cuidarla y aprender de ella para generar relaciones sanadoras y regeneradoras. Además, muestra cómo las duras luchas de las comunidades indígenas han logrado ampliar las visiones sobre lo que queremos para el Perú. La figura de Máxima Acuña, por ejemplo, aparece como un referente importante de resistencia y vinculación afectiva con el territorio. Saberes tradicionalmente discriminados aparecen como fuentes de inspiración y posibilidades transformadoras para dar color a horizontes sombríos.

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