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Toledo hace reverberar argumento psiquiátrico que lo sacó de la penitenciaría de Santa Rita
Engrilletado ex mandatario jugará sus últimas cartas el lunes 6 y el jueves 9 de marzo ante magistrados USA.
Cuatro puertas hay abiertas
Al que no tiene dinero
El hospital y la cárcel
La iglesia y el cementerio
Ese bolero de Daniel Santos se ha empezado a escuchar de manera recurrente en el departamento N° 222 del condominio Country Sharon, ubicado en el 2225 de la calle Sharon Road, Menlo Park, que ocupan desde hace más de dos años Alejandro Celestino Toledo Manrique (76) y Eliane Chantal Karp Fernenbug (69).
Ese departamento de tres dormitorios se ha convertido en el último reducto del ex presidente peruano, pues lo blindará hasta el lunes 6 de marzo, una vez que venza el plazo de siete días que le dio la jueza de la Corte del Distrito Norte de California, Laurel Beeler, para que se mantenga en suspenso su proceso de extradición.
Si el Departamento del Alguacil (US Marshall Service) no lo interviene, el jueves 9 marzo el juez primigenio del caso, Thomas S. Hixson, realizará una audiencia pública en la que podría ordenar la detención definitiva de Toledo Manrique para asegurar su repatriación al Perú, donde será procesado por el caso Odebrecht.
Para evitar los barrotes, el engrilletado ex mandatario podría echar mano nuevamente al argumento de la alteración psiquiátrica que ya le dio buenos resultados en el 2019, cuando logró su traslado de la cárcel de Santa Rita a la prisión Maguire Correctional Facility, en Redwood City-California.
En junio de ese año, el abogado Steven Kalar advirtió que su régimen carcelario podría causar efectos nocivos a la salud mental de su patrocinado, pues permanecía detenido en una celda de menos de 10 m2 en la cárcel de Santa Rita, bajo un régimen carcelario solitario y con una hora de patio al día.
El 18 de julio del 2019, la defensa de Toledo presentó una carta del psiquiatra Dave Schatz de la prisión de Santa Rita, quien puso de manifiesto un ‘marcado deterioro de su salud mental’. El facultativo explicó: ‘He visto un desplome en el interés del Sr. Toledo por mantener sus condiciones de aseo e higiene’, explicó.
Luego escribió: ‘He visto una marcada desmoralización, junto a un incremento significativo en su ansiedad y su depresión (…) He aumentado la medicación del Sr. Toledo debido a este aumento de la ansiedad y la depresión, pero esto solo es como ponerle un curita a una herida abierta’.
En abril del 2021, Alejandro Toledo sufrió un extraño accidente casero que le ocasionó la fractura de la clavícula y el brazo derecho, lo que obligó a los médicos a intervenirlo y colocarle un clavo de titanio para que recuperase el movimiento del brazo.
Las circunstancias no han sido aclaradas pero las hipótesis que tejen los residentes peruanos en California van desde un traspié etílico hasta un fallido intento de suicidio ante la posibilidad de terminar sus días en una cárcel peruana.
A esto se suma una serie de hechos erráticos que evidencian una conducta alterada. El 27 de marzo del 2020, por ejemplo, el agente de seguridad Anthony Granados denunció ante el juez Thomas S. Hixson que Toledo se había resistido a cambiar las pilas del grillete electrónico que lleva en el tobillo derecho.
Y el 15 de abril del 2021, el mismo juez Hixson lo amenazó con adelantar su juicio, una vez que verificó que había violado por tercera vez consecutiva las condiciones de su arresto domiciliario.
El ex gobernante peruano sabe que se juega la vida en EE.UU., pues el juicio que encare en el Perú puede desaguar en una condena de 20 años y 6 meses de cárcel por el caso Odebrecht, lo que en teoría lo pondría de vuelta en las calles a los 96 años, en caso de que sobreviviera tras los barrotes.
Toledo tiene tres fallos que avalan su expulsión al Perú: el primero se dio el 28 de septiembre del 2021, cuando el juez Thomas S. Hixson autorizó su repatriación por los US$ 35 millones que le pagó la compañía brasilera Odebrecht.
La segunda resolución la dio el 25 de abril del 2022 la jueza de la Corte de San Francisco, Laurel Beeler, quien denegó un recurso planteado por el ex mandatario para neutralizar su extradición al Perú.
El tercer fallo en contra fue asimilado por Toledo el 26 de octubre del 2022, cuando el Noveno Circuito del Tribunal de Apelaciones de la Corte de San Francisco dejó sin efecto la medida cautelar.
