EL PERÚ EN LOS TIEMPO DEL CORONAVIRUS

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Estoy seguro que ni en la más oscura de sus pesadillas se les pudo revelar un escenario tan desolador e inseguro como el que atraviesa hoy nuestro país. La vulnerabilidad a la que nos hemos visto sometidos, ante el arribo del coronavirus-Covid 19 es única y nos llena de zozobra y miedo. El que diga que no, miente o sufre una enfermedad mental. El dinero, el poder y los medios materiales han pasado a ser inútiles ante el azote de un virus que ni siquiera se puede ver con un microscopio convencional, sino que tiene que ser observado, por ser tan minúsculo, con uno electrónico de gran potencia.

Este virus, que necesita una de nuestras células para subsistir, es capaz de destrozarnos por dentro y arrasar con cualquier sociedad que no esté dispuesta a cumplir con el aislamiento y emprender las medidas sanitarias de prevención.

La enfermedad desconocida que también azota al mundo entero, aún no tiene tratamiento específico, ni medicación precisa, y no existe aún una vacuna que proteja al ser humano de su ataque mortal. Las únicas defensas que tiene nuestro cuerpo son las de nuestro sistema inmunológico, y ellas son las que en este momento están dando la batalla inicial.

Las consecuencias de la llegada del coronavirus-Covid 19 al Perú, escapan aún a las proyecciones del más imaginativo de los economistas o de los encantadores de serpientes que gustan llamarse analistas. El daño colateral que nos puede dejar este maldito virus en nuestra economía, podría someternos en el mejor de los casos a una desaceleración en el crecimiento, si no a un crecimiento negativo que nadie sabe cuánto tiempo puede durar.

El golpe a la economía es preocupante, pues de un día para otro el país entero tuvo que detenerse de golpe. Sólo se mantienen en actividad la cadena productiva alimenticia y de servicios, ocasionando preocupación por el colapso en el sector laboral, debido a la obligación del cumplimiento salarial por parte de los empresarios, sin que los empleados hayan cumplido con su producción.

En este sentido, el gobierno ha lanzado una especie de paquete económico de emergencia, diferenciado y por partes, que abarca varios sectores, el cual incluye préstamos a la pequeña y mediana empresa, los que alcanzarían los 30 mil millones de soles, con lo que se busca reactivar la economía sobre la marcha. Además de la liberación de dos mil soles de los aportes a las AFP, así como la postergación del pago del Impuesto a la Renta. Medidas que han sido calificadas por la comunidad internacional como las más agresivas en lo que respecta a los países de la región.

El Perú en los tiempos del coronavirus-Covid 19 es una novela real que recién comienza, la cual nunca hubiésemos querido leer y mucho menos interpretar. La clase política de oposición ha hecho mutis y se ha encapsulado en sus propios intereses y temores. No está una vez más a la altura de las circunstancias y no ha sido capaz de emitir un sólo discurso coherente en el sentido de fortalecer los lazos de unión, virtud que el país requiere mostrar en estos momentos de Emergencia Sanitaria Nacional. En honor a la verdad, en estos momentos, el presidente Martín Vizcarra se cimenta y fortalece en su posición política, pues permanece pálido pero sereno, al pie del cañón, en el fragor de una batalla contra un enemigo invisible. Oportunistas como siempre, las encuestadoras no se han hecho esperar, entregándole cifras de aprobación del 85% en promedio.

A los nuevos congresistas complementarios de la República, esta situación los cogió acomodándose la corbata para juramentar y no han tenido más que avanzar a paso de polca, según la música que le toca la emergencia nacional. Se encuentran en los apuros de configurar un Parlamento virtual, que sesionaría a distancia, sobre todo para cumplir sus funciones de aprobar las leyes que le urgen al Ejecutivo y al país.

El primer aporte de este nuevo Legislativo ha sido, en materia normativa, la liberación de hasta 12 mil soles del fondo de pensiones que administran las AFP. Lo cual no ha sido bien digerido por el Ejecutivo, que previamente había liberado ya 2 mil soles de las mencionadas cuentas.

El tema de la forma en que se van a liberar los fondos de los trabajadores ha provocado los primeros desencuentros entre ambos poderes. Al cierre de esta edición, no concluía aún el plazo de 15 días para que el presidente Martín Vizcarra apruebe u observe la norma parida por el Legislativo. Algunos de los legisladores que apadrinaron el proyecto de ley han dicho que, de ser retornada al Congreso, esta podría ser promulgada por insistencia, para lo cual necesitan 66 votos. Amigos de Primera, así está el panorama en el que nos toca reiniciar nuestra contribución informativa al país. Hasta la próxima.

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