EL PERÚ NO PUEDE ESPERAR MÁS

Urge en salvaguarda de la salud democrática, del bienestar económico de la población y de la seguridad nacional, que el Jurado Nacional de Elecciones, en base a los resultados oficiales obtenidos en la segunda vuelta electoral, proclame inmediatamente a Pedro Castillo Terrones, como presidente de la República.

El país y la ciudadanía están siendo afectados económicamente por la demora en la oficialización de Castillo Terrones como presidente constitucional del Perú. En economía el factor confianza es vital para mantener el precio del dólar estable. La moneda norteamericana se ha disparado a récords históricos, sobrepasando los S/ 3.80 solo por la falta de un pronunciamiento por parte de los señores del JNE.

La elevación de la cotización del dólar está ocasionando la subida del precio de los alimentos de primera necesidad, bajo la justificación de que como los commodity o la materia prima, de algunos productos son importados y se cotizan en dólares, el precio del producto final se ve afectado por la elevación cambiaria de la moneda norteamericana. Y ¡oh maravilla!, resulta que desde que se disparó el dólar todos los productos de primera necesidad tienen un componente que se cotiza en la moneda norteamericana. Resulta que hasta los pollos los inyectan con químicos importados. El aceite, la harina, el arroz, los huevos, todo ha subido de precio, gracias a la hipersensibilidad de la moneda verde, frente a una indefinición política ocasionada por la falta de aplomo de los miembros del JNE.

Eso por el lado económico, y por el lado social, una serie de violentos enfrentamientos y marchas se han registrado esta semana en el centro de Lima. Una horda de enfurecidos simpatizantes de Fuerza Popular casi llegó violentamente hasta las puertas de Palacio de Gobierno, para intentar presionar al presidente Francisco Sagasti, a que solicite una auditoría internacional sobre un proceso electoral en el que los organismos de control no han encontrado ninguna irregularidad. El peligro de todo esto, es qué habría sucedido si los revoltosos hubiesen podido ingresar a la casa presidencial o si se cruzaban con simpatizantes de Perú Libre, en estos momentos podríamos estar lamentando decenas de muertos y heridos.

Al parecer el JNE no es consiente del grave daño que le está ocasionado su demora al país y al sistema democrático que se ve retrasado en la transición normal del poder. Esta demora que lleva ya más de un mes va a poner en pausa al país, pues está impidiendo la conformación de las comisiones de transferencia por el lado del partido ganador que es Perú Libre, el cual se encuentra atado de manos, pues sin la proclamación oficial, legalmente no pueden adelantar nada para tomar la posta. Entonces tenemos que, si bien el 28 de julio Pedro Castillo Terrones va a juramentar como nuevo presidente del Perú, en la práctica, como van las cosas, recién ese día se comenzará a trasladar la información del gobierno saliente al entrante, entonces tenemos que el nuevo gabinete tendrá que dedicar las primeras semanas a procesar la información sobre las acciones del gobierno saliente.

Todo esto ocasionando el capricho de la candidata Keiko Fujimori, al no aceptar su derrota e interponer cientos de impugnaciones sin sustento, con el único propósito de dilatar la proclama de Pedro Castillo como nuevo mandatario.

¿Puede un capricho personal sobreponerse a los intereses nacionales?, ¿Hasta dónde pueden ir las ansias por el poder, para solucionar sus problemas judiciales, sin tomar en cuenta el daño económico que le están haciendo al país y al bolsillo de los peruanos más pobres?… No, no hay derecho a hacerle eso al pueblo peruano. Y será el pueblo mismo, en su momento, quien reprima estas insanas acciones. Hasta la próxima semana mis amigos de Primera.