EL PROTEGIDO

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Cateriano fue enviado al despeñadero político para blindar a ministro que beneficio a la UTP de Rodríguez Pastor

Martín Benavides ha sobrevivido a tres gabinetes luego de favorecer desde la Sunedu a universidad del poderoso Grupo Interbank, en una trama que es investigada por el Congreso de la República.

Nadie entiende por qué el presidente Martín Vizcarra ha decidido caminar con una piedra en el zapato del tamaño del ministro Martín Benavides, quien ha sobrevivido a tres gabinetes sin que se le mueva una ceja, aun cuando pendula sobre su cabeza la investigación del Congreso de la República por el otorgamiento aparentemente irregular de licencias a la Universidad Tecnológica del Perú (UTP),  durante su paso accidentado por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

Benavides acaba de hacer caer al gabinete de Pedro Cateriano, quien la semana pasada se inmoló como un bonzo ante la representación parlamentaria, aun cuando el propio presidente del Legislativo, Manuel Merino, le había advertido sin tapujos que no se le otorgaría la confianza si mantenía en el cargo al cuestionado ministro de Educación al que se acusa de favorecer al millonario empresario Carlos Rodríguez Pastor con licencias a granel para la UTP.

“Creo que sí he cometido algunos errores, tal vez confiar demasiado en la gente”, manifestó un acongojado Cateriano, una vez que el Congreso de la República ya le había quitado de mala manera el fajín de premier. Y aunque muchos supusieron que hacía una referencia obvia a la gente del Parlamento que le bajó el pulgar, otros más suspicaces no descartaron una alusión encubierta a personajes siniestros del propio Palacio de Gobierno que lo mandaron sin resquemor alguno al matadero político.

Pero el poder que ha empezado a ostentar Carlos Martín Benavides Abanto dentro del gobierno de Martín Vizcarra corre paralelo a la investigación que aprobó el Congreso de la República en la tarde del sábado 4 de julio, cuando se dispuso formalmente poner bajo la lupa durante 12o días los procesos de licenciamiento de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) y la Universidad Privada Peruano Alemana (UPAL) por aparentes favorecimientos del gobierno.

La Comisión de Educación del Congreso de la República recibió facultades para investigar al grupo educativo de Carlos Rodríguez Pastor a partir de una denuncia periodística del portal ‘Lima Gris’ referida a aparentes beneficios en el licenciamiento de siete sedes de la UTP en el interior del país que sólo existían en el papel.

La legisladora Cecilia García (Podemos Perú) dijo que por esos hechos turbios el ministro Martín Benavides se tenía que ir preso y pidió a la Fiscalía que, actuando de oficio, proceda al cierre de los locales. “No hay que tener miedo de decir que el señor (Carlos) Rodríguez Pastor de Intercop está detrás de la UTP y que la UTP ha tenido el privilegio de tener licencia por ejemplo en Lambayeque sin siquiera terminar la construcción”, declaró.

Como si esto fuera poco, el investigador de la Universidad San Luis Gonzaga de Ica, José Carlos Ordoñez, alcanzó también al Congreso de la República un informe pormenorizado que demostraría que la universidad del Grupo Intercorp mintió para obtener el licenciamiento de su filial en esa región del sur, pues fue otorgado el 12 junio del 2019, dos meses antes de que recibiera, recién el 13 de agosto, su licencia de construcción de parte de la Municipalidad Provincial de Ica.

Unos días antes de su catastrófica presentación en el Hemiciclo, el todavía premier Pedro Cateriano fue advertido por el mismo titular del Congreso, Manuel Merino, que no se le otorgaría la confianza si mantenía en el cargo al cuestionado ministro de Educación, Martín Benavides, por estar involucrado en el otorgamiento de las mencionadas licencias a la UTP durante su paso por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). 

Nadie entiende por qué Cateriano insistió en blindar a un personaje que- para empezar- ni siquiera había elegido en su gabinete, sino que quedó como uno de los sobrevivientes políticos de la gestión de Vicente Zevallos. Además, Benavides Abanto no tiene más cartel que haber sido titular de la Sunedu entre el 2018 y el 2020, los años en los que, precisamente, se licenció a 8 filiales de la universidad de Carlos Rodríguez Pastor.

Una de las acusaciones más graves que afronta en el Congreso el actual ministro de Educación, Martín Benavides Abanto, tiene que ver con el licenciamiento otorgado a la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), filial Ica, sin tener un local construido, por los días en los que él era titular de la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu).

El investigador de la Universidad San Luis Gonzaga de esa ciudad, José Carlos Ordoñez, ha presentado a la Comisión de Educación del Congreso de la República un informe que demostraría que la UTP mintió para obtener el licenciamiento en esa ciudad.

El documento menciona que la resolución con la que la Sunedu le otorgó licenciamiento a la UTP, en junio del 2019, asegura que la universidad ha cumplido con acreditar la construcción de 05 aulas, 1 sala de profesores, 10 laboratorios y 2 talleres, entre otros, pero de acuerdo a un mapa satelital solicitado y expedido oficialmente, se acredita que en la fecha del licenciamiento en el lugar de la filial no había más que tierra y desmonte.

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