EL SWING DE LA CORRUPCIÓN

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Artista Richard Cisneros es solo la cara más anecdótica de un modus operandi en sectores del gobierno que saquean presupuesto

El artista favorecido con 175 mil soles en el Ministerio de Cultura también se reunía directamente con los ministros. A mediados del 2018, cuando ya había obtenido su primer contrato con el Estado, se entrevistó personalmente con Patricia Balbuena, y luego con Miriam Morales, la todopoderosa secretaria y mano derecha de Vizcarra.

Con la salida de Sonia Guillén del Ministerio de Cultura no se acaba el escándalo de contratos a dedo, como el de Richard Swing, sino que se ha pretendido pasar todo por agua tibia con el regreso del diplomático Alejandro Neyra en esta cartera.

“Los ministros de Cultura en Perú han demostrado que son los mandaderos y mandaderas del Presidente de turno, porque les temen, porque no tienen los pantalones ni las faldas bien puestas para exigir las demandas que sus carteras requieren con urgencia. Una cosa es ser subordinado, pero otra es ser servil y lambiscón”, refiere el portal Lima Gris, el primero en denunciar este caso.

“Es lamentable que hayan llegado a niveles de pordioseros que con miedo estiran la mano a los eventuales titulares del MEF para que este únicamente les dé migajas. De eso me convencí cuando tuve cara a cara a Lucho Peirano y a pesar que todo orondo me respondió que el ministro de Economía Luis Castilla lo recibía todas las semanas y que le había aumentado el presupuesto a 70%; a pesar de eso, su gestión brilló por su inacción e inercia porque nunca se vio reflejada por ese aumento de presupuesto”, se agrega.

El primer famoso en el derroche de consultorías fue Jaime Saavedra, ministro de Educación entre los años 2012 y 2016, caracterizados por los 800 millones de soles en contratar amigotes para charlas.

Las oficinas se incrementaron casi en un 100 % de personal, la mitad de este como “consultor” sin el más mínimo pergamino. Ganaban entre 8000 y 15 mil soles al mes, mucho más que el sueldo de nuestros profesores escolares de carrera.

Swing admitió en redes sociales que es muy cercano al círculo de poder, primero de Pedro Pablo Kuczynski, y luego de Martín Vizcarra. “Soy moqueguano”, grita a sus vecinos de San Isidro cada vez que le reclaman por poner música o gritar a todo volumen.

Pero repetimos, esto es solo un pequeño ejemplo de la corrupción que se da a través de bonos soberanos -ya vimos cómo la ministra de Economía, María Antonieta, emite normas que ayudan a sus empresarios visitantes.

El artista favorecido con 175 mil soles en el Ministerio de Cultura también se reunía directamente con los ministros. A mediados del 2018, cuando ya había obtenido su primer contrato con el Estado, se entrevistó personalmente con Patricia Balbuena, y luego con Miriam Morales, la todopoderosa secretaria y mano derecha de Vizcarra.

“Los políticos populistas suelen ser regionalistas. Don Martín y doña Miriam lo son. La cuestionada remodelación de cocina y comedor —Perú, país gastronómico— fue realizada por la empresa MLE Contratistas Generales cuyo gerente es Luis Enrique Espinoza Chacón, ¿natural de? Sí, de Moquegua”, apunta Jara.

Y mientras los amigos del gobierno siguen cobrando consultorías, u ocupan remunerados puestos en el aparato estatal, millones de peruanos se quedan sin trabajo.

Cientos de miles tienen que salir a las calles a ganarse la vida como sea, exponiéndose al Covid y a la represión de la Policía Nacional o de Serenazgo como el de La Victoria.

Esto no aguantará más si el pueblo no ve sanción a los corruptos, y no a los que ya pasaron por la política, sino a los que están ahora en el poder.

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