KAWACHI-SANTIAGO

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Aldeanos nipones no saben qué hacer con ‘museo’ Fujimori ante nuevas denuncias

Con sangre en el ojo, ministro Aníbal Torres gatilla nuevos cargos contra ex mandatario.

El jueves 2 de diciembre, cuando el Ministerio de Justicia anunció que el procurador público Javier Pacheco viajaría a Chile para coordinar la ampliación de la extradición activa del ex presidente Alberto Fujimori por cuatro delitos más, hubo tristeza en la remota aldea pesquera de Kawachi, en Japón.

Kawachi es un remoto asentamiento litoral de 8,000 habitantes en el centro de Japón en el que Alberto Fujimori es casi reverenciado, pues allí nacieron sus padres, Naoichi Fujimori y Mutsue Inomoto, unos años antes de que se casaran liaran bártulos y cruzaran el Pacífico con destino al Perú.

Fue precisamente en esa aldea remota en la que en los años 90 recibieron al reo ex presidente del Perú, una vez que trajo abajo el narcoterrorismo , con acciones que hoy mismo le cuestan caro.

Pero el procurador Pacheco Palacios no estaba notificado de este hecho lejano cuando el último jueves 2 leyó la Resolución Ministerial N° 0239-2021-JUS que autorizaba su viaje a Chile entre el 5 y el 10 de diciembre para gatillar el nuevo procedimiento contra Fujimori.

El funcionario tendrá que impulsar el trámite de extradición contra el ex jefe de Estado por los delitos contra la seguridad pública-suministro ilegal de armas de fuego, contra la tranquilidad pública-asociación ilícita para delinquir, contra la fe pública-falsedad genérica y conjuración contra un Estado extranjero.

Cuando Alberto Fujimori tomó conocimiento de este nuevo fardo de acusaciones en su contra tuvo otro episodio de hipertensión como el que lo llevó a internarse, en la noche del viernes 1 de octubre, en la Clínica Centenario Peruano Japonesa de Jesús María.

Su posterior traslado a la Clínica El Golf de San Isidro, donde fue intervenido de la afección cardíaca, lo libró temporalmente de su traslado a un penal común, donde deberá terminar de cumplir sus condenas por los delitos de asesinato, crimen contra la humanidad, cohecho, secuestro y desfalco.

Mientras esto ocurría en Perú, los habitantes de la aldea nipona de Kawachi no sabían qué hacer con los pocos objetos- entre ellos una pequeña réplica de Machu Picchu- sobre la que han proyectado desde hace mucho armar una suerte de museo en honor del reo.

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