LA VERDAD DETRÁS DE LA “REVOLUCIÓN” VENEZOLANA

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Foto editorial La PrimeraLa lucha del pueblo venezolano por recuperar su libertad hubiera tenido éxito hace mucho tiempo si se tratara solamente de una confrontación interna entre venezolanos. El problema radica en que se enfrentan –casi solos– al imperio dictatorial castrista que ha convertido a Venezuela en su principal colonia al menos ideológicamente. El venidero triunfo del pueblo venezolano haría que Cuba pierda la hegemonía regional y sea forzada a defenderse en su propio territorio, por eso Venezuela es la última trinchera del imperio dictatorial castrista.

El enemigo real del pueblo venezolano es la dictadura cubana que tiene subordinadas las dictaduras del socialismo del siglo XXI (SSXXI), Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, y que controla por medio de la prebenda con petróleo venezolano los países del Petrocaribe que son la República Dominicana, Nicaragua, y demás naciones de la región.

Esta estructura de poder regional fue creada por Hugo Chávez asociado con Fidel Castro con el dinero del petróleo venezolano, luego apoyado por la corrupción y el narcotráfico, con proclama antimperialista y fue liderada por Chávez hasta su muerte. Mientras Chávez vivió, él era el líder, el jefe y los Castro estaban relegados a un segundo plano, al extremo de que para dar un papel a Fidel Castro crearon esa especie de “oráculo de La Habana” donde todos visitaban y pedían consejo al dictador cubano mientras Chávez viajaba, intervenía, derrocaba o sostenía gobiernos, daba órdenes, repartía dinero, insultaba y amenazaba a Estados Unidos y ejercía el poder en la región trapeando al secretario Insulza, señalando confiscaciones, presos, exilios o premios.

La muerte de Hugo Chávez entregó al castrismo el liderazgo político de América Latina. La primera demostración fue la institución del sucesor de Chávez en Venezuela con Nicolás Maduro, a dedo en la interna chavista y con fraude en las elecciones del 2013 contra Capriles. Así el castrismo subordinó al chavismo dentro la denominada revolución bolivariana y con gobierno castrista Venezuela quedó convertida en su colonia. Castro remplazó al Chávez muerto en la jefatura del delirante pero extendido proyecto del SSXXI y con ese poder Cuba consolidó el control de instituciones en Naciones Unidas (ONU), la OEA, ganó influencia sobre el Vaticano y en el gobierno de Estados Unidos llegando a la “normalización de relaciones”.

Con Chávez vivo, las FARC eran un aliado subordinado del proyecto SSXXI introducidas por el castrismo que las sostenía, protegía y usaba desde varios años atrás. Cuba pasó de aliado de las FARC a mediador imparcial y condujo el “proceso de paz Colombia-FARC- que terminó firmado pese a la oposición del pueblo colombiano que dijo No en el plebiscito. La relación FARC-castrismo-chavismo convirtió rápidamente los limítrofes Venezuela y Ecuador en soporte de la guerrilla, pero hizo de Venezuela el “eje del narcotráfico”, nutrido por la producción colombiana y la del cocalero Evo Morales en Bolivia, con efectos tan notorios como los sobrinos de la primera dama venezolana presos por narcos en Nueva York, el jefe antinarcóticos de Morales condenado por narco en la Florida y el actual vicepresidente El Aissami acusado de narcotráfico, entre muchos otros.

Este apretado resumen es historia verificada. Demuestra que el pueblo venezolano, en la recuperación de su libertad y su democracia, no está luchando contra el “dictador títere Nicolás Maduro”, no es un problema interno entre venezolanos. El enemigo es el “imperialismo dictatorial castrista” con su centro de poder hegemónico en La Habana y con sus incondicionales aliados ya mencionados. Estas son verdades que tienen que publicarse. Hasta mañana mis amigos de Primera.

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