NEGRA IRRESPONSABILIDAD

0
775

Un derrame de más 6,000 barriles de petróleo, se produjo el sábado 15 de enero por la refinería La Pampilla, operada por la empresa Repsol, la cual está causando gravísimos daños en el ecosistema y en la fauna silvestre de nuestro litoral capitalino y lo más preocupante es que no se puede predecir cuáles serán las consecuencias y los daños colaterales de esta negra irresponsabilidad.
Ante la inmensa mancha oleosa que se expande hacia el norte de la capital, el Minsa ha recomendado a la población no acudir a por lo menos 21 playas de Ventanilla, Santa Rosa y Ancón que se encuentran contaminadas tras el derrame de crudo de petróleo. Lo que la gente no se ha dado cuenta que estamos ante el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos.
Tras estos graves daños al ecosistema y la fauna silvestre, autoridades de diferentes sectores coincidieron en exigir que la empresa Repsol asuma la responsabilidad que tendría por este evento.
Según el titular del Ministerio del Ambiente, Rubén Ramírez, dicha compañía podría recibir una multa de hasta 30.000 UIT, equivalentes a S/138 millones, debido al derrame de petróleo. No hay dinero que pueda reparar el daño ecológico que Repsol le ha causado al ecosistema y a la economía nacional.
Recientemente el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) indicó que la empresa tiene un plazo de 10 días para realizar la limpieza correspondiente para no continuar con el daño. Pero lo evidente es que dicha empresa no tiene un plan de contención serio que esté a la altura del daño ocasionado y mucho menos la logística que esta emergencia requiere.
Repsol
Cabe señalar que el grupo español Repsol asumió la operación de la Refinería La Pampilla en 1996, durante la privatización de la misma. La empresa ofreció US$180,5 millones, superando el precio base fijado en US$108 millones.
Esta compañía desarrolla actividades de exploración petrolera en la región de la selva amazónica, refinación de petróleo en Refinería La Pampilla, como también distribución y comercialización de combustibles a través de estaciones de servicios, clientes industriales y gran minería.
En la actualidad tiene una capacidad instalada de refinación de 117.000 barriles de petróleo por día, casi seis veces más que cuando inició actividades. Yo me pregunto ¿qué estuviese sucediendo si este irresponsable derrame se hubiese producido en las costas españolas?. Estoy seguro que el gobierno español y la sociedad civil estuviesen preparando y reclamando la extinción de sus actividades comerciales.
La voz de la razón
Ricardo Giesecke, extitular del Ambiente, opinó en Ideeleradio sobre el derrame de petróleo en el mar de Ventanilla y dijo con justa indignación: “Si yo fuera ministro o asesor de alguien del gobierno, diría se acabó la empresa, le doy 45 días para que se vaya, tiene 25 años o 30 sentados allí haciendo un dineral”.
“He sacado las fotos de los primeros reportajes, de unas carretillas y unos baldes, yo digo esto debe ser inteligencia artificial de la última moda de Repsol. No es posible que nos tomen el pelo de esa manera. No es posible, no tiene ningún sentido”, anotó.
Sucede que intentó justificarse echándole la culpa a la Marina de Guerra del Perú, con una mentira que fue desenmascarada al instante, con un comunicado oficial de la fuerza marítima. Intento decir que como la alerta de la Marina no señalaba la posibilidad de un tsunami, ellos continuaron con sus actividades. Eso quiere decir que esta empresa no tiene información satelital propia o contratada para prevenir daños en el desarrollo de su actividad comercial. Respuesta falsa y ridícula por decir lo menos.
Giesecke subrayó, en ese sentido, que, si la empresa Repsol, que opera la refinería La Pampilla, no plantea un plan que valga la pena para solucionar y remediar el problema, tendrían que ir “preparando sus maletas”.
El exministro sugirió, en ese escenario, evaluar la posibilidad de una denuncia ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI).
“Tengo la impresión de que uno tendría que empezar por ahí y decirles: señores, si no proponen algo que valga la pena, vayan preparando sus maletas, y les voy a hacer una denuncia con el CIADI, les voy a hacer una denuncia con el Banco Mundial y con todo el mundo. Aquí, sacar los recogedores y las palas, los limpiadores de piso o de suelo no [es la forma correcta de remediar]”, afirmó.
Consideró que este es un punto que se tiene que analizar desde el Derecho Internacional, y remarcó que tiene la impresión de que “si uno no toma acciones firmes y concretas, esto va a seguir pasando”.
“Esto es un desastre impresionante para el Perú, ya estamos alrededor de 25 o 30 kilómetros por el mar hacia el norte, y yo tengo la impresión de que va a llegar fácilmente mucho más allá. Por lo tanto, la dimensión del desastre es una cosa que es, en este momento, imposible de saber en su totalidad”, agregó.
El tiempo que tarda en recuperarse un ecosistema dañado por la marea negra depende de la magnitud del mismo, si es relativamente pequeño en unos 15 años puede estar recuperado, pero si el derrame de petróleo ha sido de gran magnitud tardará mucho más. El peligro del desastre radica en el colapso y muerte inmediata de innumerables especies marinas y la contaminación toxica del agua que durará años impidiendo futuras reproducciones y la recuperación del ecosistema.
Nada de esto se está haciendo aún en la zona del desastre. Estaremos vigilantes, hasta la próxima semana mis amigos de Primera.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here