A raíz de la propuesta de Waldemar Cerrón, nada menos que el actual segundo vicepresidente del Congreso de la República, que propuso un proyecto de ley para que los congresistas puedan fiscalizar a los jueces y fiscales se ha declarado una guerra entre poderes, que ya era una pugna asolapada desde hace mucho tiempo. Ante ello, Javier Arévalo, presidente del Poder Judicial, retrucó en contra y se pronunció criticando la propuesta y amenazando con la utilización de los mecanismos legales para defender sus fueros. Así se inició un capitulo más de esta triste telenovela política a la que someten al país sus autoridades, olvidándose que existen problemas reales y gravísimos como son la inseguridad ciudadana que desborda con el asesinato diario de ciudadanos a manos del sicariato extorsionador, además de una altísima cifra de secuestros que no se conocen, porque los familiares de las víctimas los mantienen en secreto sin denunciar, para evitar que los capturados sean asesinados o mutilados por los delincuentes. A ello se suma el gravísimo problema de desempleo galopante que existe en el país, que ha disparado las cifras de morosidad en el sistema bancario, lo que pone en evidencia la grave crisis económica que vive la mayoría de peruanos.
Entonces retomando tenemos que el congresista de la bancada de Perú Libre, Waldemar Cerrón, presentó un proyecto de ley que crea la Comisión de Fiscalización de la Función de Jueces y Fiscales. Según la propuesta presentada el miércoles 21 de agosto, la iniciativa se da con la finalidad de fortalecer la labor de fiscalización del Parlamento a la función de los jueces y fiscales a nivel nacional.
El proyecto de ley 08678/2024-CR propone incorporar el numeral 25 en el Literal a) del artículo 35 del Reglamento del Congreso. Así, se estaría añadiendo en el apartado sobre la conformación de las comisiones ordinarias la Comisión de Fiscalización de la Función de Jueces y Fiscales.
Entre sus motivaciones, Cerrón Rojas, investigado por la Fiscalía por presuntamente formar parte de la red criminal ‘Los dinámicos del centro’, señala que en marzo de 2014 un medio digital dio a conocer una encuesta realizada por Datum en la cual resaltó que el 85 % de los peruanos no confía en el Poder Judicial.
“El sistema de justicia en el Perú presenta una crisis de confianza” y “que tanto el Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación son considerados por los peruanos como instituciones ‘corruptas'”, fundamenta orondamente su propuesta.
La iniciativa enfatiza que el Legislativo se ubica “como uno de los entes más legitimados para emprender el rol fiscalizador a todas las entidades públicas sin excepción”, a pesar de que el 91 % de los peruanos desaprueba el desempeño de ese poder del Estado, según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) publicada este mes, juzguen ustedes mismos.
En declaraciones a la prensa, Javier Arévalo, el titular del Poder Judicial, explicó que el Proyecto de ley en mención podría interferir en la independencia judicial y tendría un “tufo totalitario”. Además, destacó que ya existen organismos encargados de la supervisión, como la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y la Contraloría General de la República.
En caso que este proyecto de ley sea aprobado, el Poder Judicial tomará las acciones legales correspondientes, ha señalado Arévalo, quien salió al frente con la pierna en alto.
“Tendremos que ejercer las acciones que nos permite la Constitución. Es una ley inoportuna e inconstitucional y quien tiene vocación democrática y cree en el Estado de derecho no puede aceptar que un poder del Estado se imponga sobre otro. Este proyecto tiene un solo destino: el archivo”, dijo a través de un comunicado.
“El Congreso, al evaluar a los magistrados, interferiría en la actuación de los jueces; el Congreso quiere revisar decisión de los jueces y eso es interferencia. Creemos que la fiscalización sería de tipo político”, recalcó Arévalo directamente y sin deja muñeco con cabeza.
A simple vista el proyecto de ley impulsado por el parlamentario de Perú Libre, Waldemar Cerrón, para crear una Comisión de Fiscalización de la Función de Jueces y Fiscales se trata de una iniciativa que contraviene la Constitución y afecta el sistema democrático.
Lo que sucede es que en los últimos años estamos viviendo una situación en que la política se está judicializando y en la que la justicia se está politizando. Todo ahora tiene una connotación política. Y al parecer ahora de lo que se trata es que cada representante del poder intenta llevar agua para su molino en pro de sus intereses judiciales personales y esto debe terminar. Este proyecto a todas luces interfiere directamente con la Constitución y afecta el sistema democrático, porque lo que está haciendo es afectar la capacidad de los jueces de emitir sentencias. Y eso no puede existir en una democracia, la fiscalización por otro poder del estado.
Para ello la fiscalización a las sentencias se hacen a través de los procedimientos en los procesos que es la apelación. Estos se controlan a través de las instancias. Por último, existe, aparte del control judicial, el control constitucional. No existe ni debe existir un control político de las sentencias de los jueces y tribunales, sería absurdo, ilegal e inconstitucional.
Pugna de poderes, el desgobierno, la falta de autoridad y la evidencia de la ausencia de programas serios, están ocasionando que la población se manifiesten espontáneamente contra sus autoridades, hechos que van en aumento y se pueden convertir en el pan de cada día. Estas manifestaciones sociales indican que la población no estaría dispuesta a esperar las próximas elecciones para manifestar sus preferencias políticas mediante las urnas, sino que esta proclive a utilizar su Libertad de expresión y derecho a la protesta para manifestarse en contra de un gobierno y de sus representantes que no dan la talla y a vapulear a las autoridades que ofendan la dignidad del pueblo. Estos hechos se están repitiendo y amenazan esparcirse como reguero de pólvora que podría desembocar en una explosión social a corto plazo. La advertencia está hecha y en manos de las autoridades. Hasta la próxima semana mis amigos de Primera.