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La gestión gubernamental de Pedro Pablo Kuczynski en los próximos días entrará en una nueva crisis, que lo pondría a caminar en la cuerda floja. Todo ello como resaca de haber tenido la osadía de suscribir, meses atrás, la adenda, con la empresa Kuntur Wasi, que daba pase al inicio de las obras de la construcción del aeropuerto de Chincheros en el Cusco, sabiendo, que dicho contrato estaba siendo cuestionado severamente por diversos sectores de la oposición desde el Congreso de la República. Esta adenda tiene serias irregularidades que ponen en grave riesgo los intereses económicos del Estado peruano, y por ende, de toda la sociedad, en un periodo de alto grado de corrupción, donde la población ha empezado a exigir total transparencia. La pausa que le está dando los estragos del Fenómeno de El Niño está llegando a su fin y cuando esto suceda se van a retomar los temas políticos de corrupción que lo aquejan y la interpelación que su vicepresidente y Ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra tiene pendiente.
A pesar que Ximena Zavala, hermana del premier Fernando Zavala, renunció –obligada por el escándalo- al cargo de gerente de la empresa Kuntur Wasi, empresa favorecida con el contrato firmado por el gobierno, el huaico que se le viene contra el Ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra -quien firmó la adenda- no podrá ser contenido. Se espera que en estos días, Vizcarra -quien también tiene el cargo de Primer Vicepresidente de la República- sea citado nuevamente por el Parlamento para ser sometido a una rigurosa interpelación, obligándolo a responder un cuestionario de preguntas elaboradas por los congresistas. Se presume que después de este acto –tal y como están las cosas- el ministro cuestionado sea censurado por la mayoría fujimorista que controla ese primer poder del Estado.
La oposición mayoritaria, que controla el Parlamento, sigue firme en el propósito de tumbarse a Vizcarra y debilitar al gobierno, poniéndolo en jaque. La oposición no ha dado un paso atrás lo único que ha hecho es hacer una pausa solidaria debido a los estados de emergencia decretados en varias regiones del país, producto del azote del fenómeno de El Niño. Mauricio Mulder ha referido que en caso se venza el plazo para citar a Vizcarra, no hay ningún impedimento en volver a citarlo para una interpelación, que de igual forma podría terminar en censura.
La situación se le complica al actual mandatario, cuando tiene de por medio, una investigación que lo tira de las narices, la sospechosa situación, que lo implica, comprometiéndolo severamente, con los actos de corrupción promovidos por el prófugo Alejandro Toledo, al que se le acusa de haber recibido 20 millones de dólares de Odebrecht en coimas. Teniendo en consideración que PPK, fue su ministro de Economía y Finanzas y su Primer ministro, cuando Toledo era Presidente de la República. Sin que PPK haya deslindado claramente y de manera enérgica a las imputaciones hechas a través de diversos informes realizados por investigaciones periodísticas. Hasta Eliane Karp, esposa de Toledo, se ha dado el lujo de pecharlo, cuando este llamó traidor a su marido.
La sospechosa forma en que el gobierno estaría presionado a las fiscalías para que no se investigue a fondo a Barata de Odebrecht, será la chispa que encienda la combustión política en los grupos de oposición dispuestos a investigar los vergonzosos y repudiables actos de corrupción caiga quien caiga, incluso así este comprometido el mismísimo presidente de la república.
La situación que se avizora para el partido de gobierno es dramática, aún más, afectada, cuando en su grupo político, representado en el partido Peruanos Por el Kambio, empiezan a agarrarse a patadas bajo la mesa, por ganar hegemonía, para poder sacar el mayor provecho, a la situación privilegiada de estar en el poder, sin importarle para nada si en esa confrontación podrían arrastrar al país a una crisis profunda. En esa dirección hay tres posturas claramente definidas, que exhibe una debilidad crónica en el actual gobierno. Por un lado, PPK, Mercedes Araos, Marisol Pérez Tello, Susana de la Puente, Fernando Zavala y Martín Vizcarra, haciendo esfuerzos descomunales por salvar el cuestionado contrato del aeropuerto de Chincheros, e impedir que la oposición siga vapuleando a Vizcarra. Por otro lado, Gilbert Violeta, Salvador Heresi y Carlos Bruce, que los tiene sin cuidado que el congreso lo interpele y lo censure a Martín Vizcarra, por haber firmado el contrato en cuestión. “Nadie es indispensable, y ya es hora de que hallan cambios en el gabinete”-sostienen en un susurro indiscreto-. Y la tercera postura que se quiere mantener como bisagra en torno a los hechos graves que vienen sucediendo, lo representa, el congresista Juan Sheput. Estando obligado a tomar tarde o temprano una posición que incline la balanza a favor o en contra.
En esta coyuntura política, donde se vive una crisis de enorme gravedad para los intereses del país, las consecuencias son impredecibles, si la clase política no la resuelve adecuadamente, dentro del marco jurídico de la constitución y las leyes, esta terminará definiéndose en asonadas, en las calles, y protestas populares de gran calibre, que empujarán a un cambio profundo de las estructuras del país. Con el único propósito de echar a todos los vándalos del quehacer político, y empezar la construcción de una nueva nación. Hasta mañana mis amigos de Primera.
