La época electoral y las campañas políticas forman una tormenta de promesas insostenibles. Existe una impunidad permanente y reprochable ante el incumplimiento de las promesas que debería ser punible por la ley. Lo que se debe cambiar es las promesas por las propuestas documentadas y sostenibles para hacer de las campañas políticas un ejercicio de la democracia transparente, alturado y serio en favor de las mayoría.
La promesa electoral es común durante una campaña en cualquier país del mundo, también es usual y casi costumbre la posibilidad que esta sea incumplida por el político al ser electo. Las promesas son un elemento esencial para lograr el voto ciudadano y los expertos aportarán su experiencia para demostrar que existen promesas que en cinco años de un gobierno, no se pueden cumplir.
En el proceso electoral de 2011 el mayor ofrecimiento fue la seguridad, ahora los partidos políticos que ya han definido precandidatos a la presidencia de la república se han enfocado en la oferta laboral y los programa sociales para acercarse a la población. Estar bien informado será fundamental para elegir a quién o quienes apoyar en las urnas en abril próximo.
Las promesas políticas, no son documentos jurídicos que un candidato hace con el electorado. No hay una sanción jurídica por un incumplimiento de esa promesa.
Los partidos políticos cuando llegan al gobierno, pocas veces cumplen con sus promesas electorales. No existe ninguna ley que los obligue a compensar a los ciudadanos por no llevar a cabo lo prometido.
En España la organización Change está promoviendo con recolección de firmas una sanción jurídica para los candidatos y partidos políticos que incumplan sus promesas. Un acto de protección legal que apunta a sancionar a los autores de las promesas populistas y a los encantadores de serpientes que sólo les dicen a sus electores lo que ellos anhelan escuchar, estas ansias los hacen creer en lo irreal, incluso, votan por promesas que saben son imposibles de cumplir, pues es tanta su irresponsabilidad que se niegan a la verdad, para pasar a querer creer que alguien va a hacer por él lo que realmente es imposible.
Entonces hay que trabajar para que los líderes y candidatos políticos cambien las promesas por las propuestas electorales. La propuesta electoral es una forma de involucrar a los ciudadanos en el proceso de leyes ya sea a nivel local o estatal. La propuesta electoral permite a los votantes decidir sobre una medida en particular en lugar de dejar la responsabilidad a los legisladores. El beneficio de una propuesta electoral, también conocida en los países de democracias más afianzadas como propuesta de boleta, es que no sólo se consigue una participación directa del pueblo, sino que es una forma de evadir el poder de los intereses especiales que podrían inclinar la balanza a su favor mediante a contribuciones a las campañas a los legisladores.
El Instituto de Iniciativas y Referendos, de la Universidad de California, una entidad dedicada a estudiar y promover la utilidad de las propuestas electorales las describen como medidas que sirven para promulgar leyes nuevas o enmiendas constitucionales. También afirman que existen grupos, que con la intención de mejorar las posibilidades de elección de un candidato, utilizan una propuesta electoral controversial para motivar a su base a acudir a las urnas e impactar el resultado de las elecciones. Es necesario invocar a la madurez y la responsabilidad ciudadana para afianzar la utilización de los modos democráticos. El camino es largo aún. Hasta mañana mis amigos de Primera.