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No existe dieta que no recomiende el consumo de agua en cantidades generosas. Es tan beneficiosa para el organismo que sus positivos efectos se aprecian pronto en la piel, siendo esta, además, el órgano más grande del cuerpo y el primero en mostrar los signos de una buena hidratación. Si no bebemos agua suficiente, la piel luce opaca, sin brillo, ajada, sin turgencia, por ello la importancia de tener una buena ingesta de agua en nuestra rutina cotidiana. Además de hidratar el cuerpo, el agua ayuda en la eliminación de las toxinas que se van acumulando de los alimentos y productos que vamos consumiendo, y también del medio ambiente que cada día está más contaminado. Con el cuerpo libre de elementos tóxicos, este puede generar nuevas células que ayudan a recobrar la lozanía en la piel, el cabello, los ojos, las uñas.
