Un buen desayuno hace que las personas se sientan más activas.
Una investigación de la Universidad de Bath (Reino Unido) publicada en el diario The Telegraph ha confirmado lo que empíricamente se sabía sobre la importancia de empezar el día con un buen desayuno y no ayunar hasta el mediodía para saciar el hambre. Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de un grupo de personas (hombres y mujeres) de entre 21 y 60 años que fueron divididos en dos subgrupos. Uno que desayunaba todos los días y otro que ayunaba hasta el mediodía.
Los miembros del grupo que desayunaban podían elegir entre varios platos y consumían al menos 700 kilocalorías antes de las 11 de la mañana. La mitad del mismo grupo debía ingerir aquella ración de alimentos en un margen de dos horas después de levantarse. Los que ayunaban hasta el mediodía solo podían tomar agua.
AMBAS DIETAS
Los investigadores observaron los efectos que dejaban ambas dietas en el comportamiento humano. Así vieron que si bien las personas obesas no perdieron peso por desayunar, las calorías consumidas en el desayuno sí propiciaban una mayor actividad física y redujo la ingesta de alimentos a lo largo del día, explicaron los autores.
"No todos los organismos responden igual ante la opción de desayunar o no y tampoco son iguales los alimentos que comemos. Los efectos de un cereal azucarado son distintos a los de un desayuno rico en proteínas, pero normalmente quienes desayunan son más activos y están dispuestos a comer menos en la tarde, lo que les proporciona una mejor distribución de lo consumido", explica el especialista Enhad Chowdhury.