SAGASTI ENTRE EL PODER Y LA INCERTIDUMBRE

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Esta Semana el gobierno del presidente Francisco Sagasti cumplió un mes en el poder y lamentablemente el camino hacia el bicentenario está marcado por la incertidumbre. Para que no pase desapercibida esta fecha, convocó a una conferencia de prensa en la que participaron más de 14 medios de comunicación, subrayando así el carácter plural y democrático de su administración.

Lo que tiene por delante el gobierno de Sagasti no es nada fácil, pues sumados a todos los problemas de crisis económica, sanitaria y social que ha causado la pandemia del covid 19, el Congreso complementario insiste en promulgar leyes populistas e inconstitucionales complicando y haciendo que la gobernabilidad en el país sea mucho más difícil.

Uno de los principales retos de su gestión es la realización de unas elecciones generales impecables, para abril próximo, para lo cual está por llegar una Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos para supervisar la campaña electoral y garantizar que los comicios sean limpios, libres y transparentes.

Los principales cuestionamientos a su gestión están dirigidos la respuesta poco convincente y clara ante la pandemia del COVID-19, que al parecer se contradicen entre los llamados a mantener la alerta sanitaria y la decisión de reabrir todas las actividades económicas. Un sector de la opinión pública está insistiendo en que se está inclinando la balanza decididamente a apostar más por la recuperación económica que asegurar la seguridad sanitaria de la población.

Sagasti ha reiterado que su gobierno no solo es de transición sino también de “emergencia”, con varios frentes de crisis por atender en el breve plazo de ocho meses.

En su intervención en la conferencia dijo algo que cabe subrayar y es para tomarle la palabra y estar de ojos abiertos: “Cuenten con un gobierno con vocación de servicio, sin medias tintas o prebendas, que busca el beneficio de las personas. Nos vamos a ir con lo mismo que hemos llegado, en lo que se refiere a patrimonio personal”, dijo con gesto adusto.

El presidente Sagasti anunció también su firme propósito de mantener el gabinete de ministros que preside Violeta Bermúdez hasta el fin de su mandato.

Y no tuvo reparos en darles un espaldarazo al ratificar la “plena confianza” en todos sus ministros y que “con toda claridad” continuarán “trabajando sin ningún problema”.

No hay que olvidar que Sagasti juramentó el 17 de noviembre como el tercer presidente peruano en una semana, con la misión de devolver la calma a un país con un mayoritario rechazo ciudadano a la clase política, urgido por respuestas ante la dura crisis económica y con la tasa de mortalidad más alta del mundo ocasionada por la pandemia del COVID-19.

Sin embargo, se percibe en la ciudadanía la idea de que el gobierno de transición aún es lento para tomar acciones y decisiones, y con serias dificultades de comunicación, al punto que son más las interrogantes que las certezas sobre las medidas inmediatas, aunque hay que reconocer que la conferencia aclaró algunas dudas de la ciudadanía.

La preocupación más grande de los peruanos en estos momentos se centra ahora en las medidas que se están tomando para asegurar la adquisición de las vacunas, más aún después de que se confirmase que aún no se ha suscrito ningún contrato con las farmacéuticas que las producen.

Tanto Sagasti como sus ministros aseguran que pronto tendrán noticias concretas al respecto, muchos cuestionan que el gobierno no ofrezca precisiones sobre el tema, pero en honor a la verdad, no es que el gobierno no tenga las respuestas, los mismos laboratorios no las tienen o no las quieren dar, por ejemplo no van a poder cumplir con muchos de sus compromisos en cuanto a entregas de stock, porque han tenido problemas con su producción, según dicen, y otra duda que nadie sabe aclarar es cuánto tiempo de inmunidad ofrecen las vacunas.

Manuel Merino, ha intentado reaparecer como Niño Manuelito en olor de santidad y queriendo proyectar una imagen de cándida víctima. El culpable de sumir en la peor crisis política al país en el último lustro volvió muy orondo a su escaño en el Congreso, y tuvo el descaro de pedirle al gobierno que se destinen más recursos para la compra de vacunas para evitar que una segunda ola vuelva a causar los miles de muertos, que, en su opinión, son responsabilidad de Vizcarra. Vizcarra se puso al brinco y le salió al frente y retrucó diciéndole en su pepa que el remitió un documento prácticamente rogándole al Congreso para apruebe una ley que les permita usar los recursos para realizar las compras de las vacunas, solicitud que no fue tramitada. Y los que pagamos los platos rotos son los miles de peruanos que tendremos que aguantar hasta el primer trimestre del próximo año para recibir las ansiadas vacunas, rogando que estas funcionen, claro está.

La otra gran preocupación de todos los peruanos es la respuesta ante la severa crisis económica, que, según las proyecciones, llevarán al país a cerrar este año con una caída de entre 12% a 14% del Producto Bruto Interno (PBI). Este es el camino entre el poder y la incertidumbre que la ha tocado recorrer al presidente Sagasti y compañía y detrás de él 31 millones de peruanos. Hasta la próxima semana mis amigos de Primera.

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