LA SEGUNDA VUELTA Y EL MILAGRO ECONOMICO

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En tres semanas el Perú tendrá que elegir a un nuevo presidente en segunda vuelta y una vez más estamos en una encrucijada electoral. Pese a esta incertidumbre sociopolítica, que nos suele aquejar en cada segunda vuelta de elección presidencial, podemos recuperar el aliento al revisar las cifras y proyecciones económicas a las que tuvimos acceso directamente del Ministerio de Economía y al analizarlas podemos decir que Dios es peruano, pues se pronostica un milagro económico para el país.

La primera buena noticia, que incluye este informe oficial es que la economía crecerá 10% este año, siendo esta la tasa más alta registrada por el país desde 1994.

El Ministerio de Economía y Finanzas presentó el último Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas 2021-2024, las cuales incluyen los principales indicadores económicos. Así, se mantiene la proyección de crecimiento del PBI en 10% para el 2021, que sería la tasa más alta registrada desde 1994, luego de la fuerte contracción en el 2020 la cual cayó a -11,1%. En el primer bimestre, la actividad económica fue afectada de forma moderada por la segunda ola de contagios; sin embargo, la economía retornará al tramo positivo de crecimiento a partir de marzo, lo que se refleja actualmente en el buen desempeño de los indicadores adelantados.

La producción de electricidad, indicador altamente correlacionado con el PBI continúa recuperándose, la producción de electricidad creció 14,8% en marzo y 42,6% en los primeros 28 días de abril. De otro lado, el volumen de las importaciones de bienes se incrementó 42,6% en marzo, asociada a una recuperación generalizada en todos los rubros, principalmente de insumos intermedios y bienes de capital, lo que refleja el incremento de la demanda interna. Además, las ventas a través de boletas y facturas electrónicas continuaron aumentando, por ejemplo, es el caso de las ventas del sector comercio, las cuales crecieron 87% en marzo y acumulan nueve meses de crecimiento consecutivo.

De esta manera, a pesar de la pandemia, este año la economía peruana seguirá destacando entre sus pares regionales por sus fortalezas macroeconómicas, y retomará el liderazgo en el crecimiento económico entre sus pares de la región, algo que no ha sido difundido, en su tamaña magnitud.

Para el periodo 2022-2024, se mantiene la proyección de crecimiento del PBI en 4,5%, sostenida por la demanda interna, el incremento de las exportaciones ante el inicio de producción de proyectos cupríferos, la recuperación de la demanda externa, y el impulso a la competitividad y productividad. En este período, la inversión privada estaría dinamizada por la continuidad en la ejecución de proyectos de infraestructura como la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, la Ampliación del Aeropuerto Jorge Chávez y el Terminal Portuario Chancay. Asimismo, durante este periodo, entre otros aspectos, se espera el inicio de construcción de obras priorizadas bajo el esquema de Asociaciones Público-Privadas (APP), principalmente de los proyectos que se espera adjudicar en 2021, que son 14 proyectos por un monto total de US$ 5,4 mil millones, un platal en inversiones que deben ser debidamente fiscalizadas.

Política macroeconómica

Durante la presentación de estas cifras, que se realizó de manera virtual, a cargo del propio ministro de Economía, Waldo Mendoza Bellido, detalló que la gestión de la política macroeconómica del Perú “se ha caracterizado en los últimos años por actuar de manera equilibrada y responsable, lo que ha permitido construir sólidos fundamentos macroeconómicos como una baja deuda pública y déficit fiscal, un déficit de cuenta corriente moderado, inflación en el rango meta, altas Reservas Internacionales Netas (RIN) y menor volatilidad cambiaria, que se han reflejado en un menor riesgo país respecto a sus pares regionales. Y, a pesar del choque negativo de la pandemia de la COVID-19, los indicadores macroeconómicos de Perú continúan mostrándose resilientes”, explicó.

Indicó además que para lo que resta del 2021, se prevé una mejora de las cuentas fiscales como consecuencia de la recuperación de la actividad económica, un favorable entorno internacional y la disipación de ciertas medidas de carácter extraordinario y temporal adoptadas en un contexto en el que la economía llegó a operar a niveles mínimos debido a las restricciones de movilidad tomadas.

El déficit fiscal para el 2021 se ubicará en 5,4% del PBI, mientras que la deuda pública se ubicará en 35,8% del PBI. Por su parte, los ingresos del Gobierno General crecerían 18,4%, la mayor tasa de la última década, y se ubicarán en 19,2% del PBI.

Por el lado del gasto público, las medidas para afrontar al covid-19 se enfocarán en fortalecer el servicio de salud, apoyar a los segmentos más vulnerables de familias y empresas, e impulsar la inversión pública, contexto en el cual el gasto no financiero del Gobierno General aumentará en 2,2% real en 2021 y se ubicará en 22,9% del PBI.

En resumen y en cristiano esto quiere decir que, para los siguientes años, en la medida que se vaya controlando los efectos de la pandemia, uno de los principales retos que compartirán el Perú y el resto del mundo será la de iniciar un proceso de consolidación fiscal gradual de las finanzas públicas con el objetivo de preservar la sostenibilidad de las cuentas fiscales, que ha sido uno de los principales activos del país desde hace más de dos décadas. De esta manera, se propone una senda de déficit fiscal de 1% en el 2026. De esa manera, el Perú debe continuar hacia adelante un proceso de reducción progresiva de la deuda pública, manteniendo las fortalezas fiscales y macroeconómicas de la economía. Este mensaje y estas cifras deben calar en la mente de los dos candidatos que se disputarán la presidencia el próximo 6 de junio, para que sean conscientes de la gran responsabilidad que tienen de mantener el orden económico de acuerdo a estas proyecciones. Estaremos al pendiente, hasta la próxima semana mis amigos de Primera

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