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La derrota ante Universitario, no fue un accidente, reveló profundas falencias estructurales en un equipo sin liderazgo, sin jerarquía y sin identidad competitiva. La llegada de Paulo Autuori exige medidas inmediatas, en un contexto donde no hay margen para el error.
Sporting Cristal atraviesa uno de los momentos más delicados de la última década. Lejos de la solidez institucional y del protagonismo habitual, el equipo celeste hoy se muestra como un conjunto vulnerable, sin respuestas tácticas claras ni piezas funcionales en sectores clave del campo. La reciente caída ante Universitario (2-0) en el clásico moderno no solo lo dejó fuera de carrera en el Torneo Apertura, sino que expuso con crudeza un plantel mal armado, un sistema en crisis y una conducción técnica que, si no es respaldada con decisiones fuertes, puede quedar atada de manos.
Con la Copa Libertadores aún en curso y el Torneo Clausura como único objetivo doméstico por disputar, el margen de acción es corto. Paulo Autuori ha asumido con credenciales, pero necesita respaldo estructural y libertad operativa para ejecutar una reingeniería que, si se posterga, puede costar la temporada entera.
Defensa endeble: una zaga sin jerarquía ni voz de mando
Uno de los sectores más comprometidos es la línea defensiva.
- Franco Romero, fichado para reemplazar a Ignácio da Silva, no ha estado a la altura. Sus actuaciones erráticas y falta de liderazgo han dejado al equipo expuesto en partidos de alta exigencia.
- La zaga se completa con Gianfranco Chávez y Rafael Lutiger, quienes, pese a su formación en casa, no logran proyectar seguridad frente a rivales con mayor oficio.
- Cristal necesita con urgencia un defensor central con voz de mando, lectura táctica y capacidad de organización. Un ancla que no solo cubra espacios, sino que ordene, contagie y sea el punto de partida para transiciones limpias.
Laterales en caída: sin recorrido ni desequilibrio
Tanto por derecha como por izquierda, el panorama es sombrío:
- Jhilmar Lora, alguna vez proyecto de selección, ha sufrido una caída estrepitosa en rendimiento. Su retroceso físico y técnico es notorio.
- Leandro Sosa, quien ha alternado en esa posición, está lejos de su mejor forma física por lesiones recurrentes.
- En el flanco izquierdo, Nicolás Pasquini ha tenido un rendimiento irregular que no justifica continuidad como titular.
Cristal requiere laterales modernos, con recorrido, intensidad y capacidad para ir y volver sin perder orden. Hoy no los tiene.
Mediocampo roto: sin equilibrio ni creación
El corazón del equipo se encuentra desarticulado.
- La prolongada ausencia de Gustavo Cazonatti dejó un hueco difícil de llenar.
- Jesús Pretell, pese a su esfuerzo, no tiene el peso para sostener el mediocampo en solitario ni para conectar con la ofensiva.
- La posible vuelta de Yoshimar Yotún podría traer algo de equilibrio, pero se necesita un refuerzo con físico, lectura táctica y capacidad para asociarse.
Hoy, el mediocampo de Cristal no contiene, no construye ni da ritmo. Es un espacio de tránsito constante para el rival y un cuello de botella para la salida celeste.
Ataque previsible: una sola vía, sin variantes
El único punto que ha respondido parcialmente es el ataque, aunque también muestra grietas estructurales.
- Martín Cauteruccio ha sido el referente ofensivo, pero su soledad preocupa. Si no marca él, no hay alternativas claras.
- No hay un delantero suplente de jerarquía que pueda complementarlo, presionarlo o incluso reemplazarlo en partidos complejos.
Además, con la posibilidad de liberar dos cupos extranjeros (salidas de Romero y Cazonatti), Cristal tiene la chance de traer un ‘9’ de respaldo y un mediapunta o extremo desequilibrante. Pero el tiempo juega en contra.
Autuori y el mandato de actuar con firmeza
Paulo Autuori no es un improvisado. El brasileño ya vivió ciclos exitosos en el club y sabe lo que significa dirigir en la élite continental. Pero también entiende que sin reformas profundas y decisiones valientes, su margen de maniobra será reducido.
- La mano dura será inevitable: recorte de minutos a jugadores sin nivel, posible “purga” interna y presión a la directiva por refuerzos de calidad.
- La ventana de transferencias (24 de junio – 18 de agosto) se vuelve estratégica. Si Cristal no se mueve ahora, el Clausura puede convertirse en una repetición del Apertura.
Copa Libertadores, espejo y presión: Palmeiras en el horizonte
Luego de la derrota por 2-0 a manos de Universitario en la Liga 1 Te Apuesto, Sporting Cristal volverá a tener actividad la próxima semana cuando visite a Palmeiras, en el marco de la fecha 6 de la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025. Este compromiso está programado para el miércoles 28 de mayo a las 7:30 p.m. y se jugará en el Allianz Parque de São Paulo.
El duelo representa no solo Un resultado positivo podría servir como impulso anímico en medio de la crisis. Una nueva caída, en cambio, agravaría la urgencia de cambios estructurales inmediatos.
Este duelo se presenta como una verdadera prueba internacional para el equipo dirigido por Paulo Autuori y, al mismo tiempo, como una oportunidad única para evaluar la competitividad del conjunto frente a un gigante continental. Con una exigencia máxima, el partido se convierte además en una vitrina: una actuación decorosa podría justificar movimientos agresivos en el mercado, mientras que una derrota aplastante podría profundizar la crisis y acelerar la descomposición interna.
Sporting Cristal enfrenta una disyuntiva: reestructurarse a tiempo o quedar sepultado por su propia inercia. El equipo carece de líderes defensivos, laterales funcionales, un mediocampo competitivo y alternativas ofensivas.
La presencia de Autuori es un buen comienzo, pero sin respaldo institucional y refuerzos estratégicos, el proyecto puede fracasar antes de despegar. El tiempo apremia y la afición lo sabe. Es ahora o nunca para reconstruir la competitividad celeste.
