La industria pesquera en Chile se encamina en 2016 a una de sus peores temporadas, golpeada con fuerza por el fenómeno climático de El Niño y el explosivo florecimiento de micro algas nocivas en las áreas del sur del país donde concentra su actividad.
Aunque se trata de fenómenos cíclicos, las costas del Pacífico Sur han sido testigo de inusuales comportamientos de las especies hidrobiológicas en la primera parte del año, debido al aumento en cerca de 3 grados de la temperatura superficial del mar por la condición oceanográfica y atmosférica. Según expertos, el evento climático ha facilitado un inusualmente fuerte brote de marea roja en las sureñas regiones de Los Lagos y Aysén, lo que ha paralizado la extracción artesanal de moluscos bivalvos (mejillones, ostras, almejas) por un extenso período.
Cientos de pescadores han bloqueado el paso esta semana hacia la isla de Chiloé en demanda de ayuda del Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet por el daño que ha provocado la marea roja más fuerte de los últimos años. “Es el fenómeno de mayor extensión que registramos y también de mayor impacto desde el punto de vista de la industria salmonera, la industria mitilicultora (mejillones) y pesca artesanal que se desarrolla en esta región", dijo José Miguel Burgos, director del gubernamental Servicio Nacional de Pesca.
Ante la crisis y el creciente descontento de la comunidad, el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, se trasladó a la zona para intentar deponer las protestas y ofrecer una asistencia de unos 150 dólares mensuales para las familias de los pescadores, monto despreciado por los afectados.
El Niño, que además tiene asociado la disminución en el ascenso de aguas más frías frente a la costa y la baja disponibilidad de nutrientes, induce cambios en la productividad pesquera, con graves implicancias económicas en las costas del norte y sur del país.