Un sondeo de Ipsos, para Semana Económica, publicado esta semana, señala por primera vez que dos actores políticos ajenos al gobierno (al menos de manera oficial) tienen una cuota de poder igual a la de la máxima autoridad del estado peruano. El resultado de esta encuesta iguala en el ejercicio de poder político a la mandataria Dina Boluarte, Keiko Fujimori (presidenta del Fuerza Popular) y César Acuña (presidente de Alianza para el Progreso), resultado que oficializa en la práctica un triunvirato de poder en el ejercicio de un gobierno caracterizado por la corrupción y la inoperancia.
Es así que según esa encuesta, cuyo significado ha causado la indignación de la ciudadanía, Boluarte comparte el poder con la lideresa de Fuerza Popular Keiko Fujimori, y el gobernador de La Libertad y líder de Alianza Para el Progreso, César Acuña, en un pacto bajo la mesa que viene ejecutándose desde hace varios meses y que fue denunciado tempranamente por este humilde servidor.
Cabe recordar que el año pasado, Boluarte compartía el podio con el exjefe de gabinete, Alberto Otárola, quien renunció al cargo tras ser acusado de facilitar un contrato irregular a su expareja. Y este año boluarte se ha mantenido en el primer lugar con 76%, nueve puntos porcentuales menos respecto a la medición del 2023. Por su parte, Fujimori alcanzó 75% y subió un puesto, mientras que Acuña logró 71% y subió dos puestos.
La fallida candidata presidencial Keiko Fujimori había ocupado antes la segunda posición, con porcentajes incluso más elevados (un 90% en 2017, por ejemplo). Acuña, en tanto, es valorado como el líder más poderoso en regiones, otro frente donde el ejecutivo necesita apoyo razón por la que el gobierno comparte el poder.
Lo indignante de todo esto es que supuestamente se trata de seudo líderes supuestamente de oposición, un juego a dos caras que les pasará factura sin duda en los próximos comicios. Los encuestados también los señalen entre las cinco personas con más influencia ante la presidenta. Lo que confirmaría que existe una percepción de un vínculo directo entre Palacio, Fujimori y Acuña, con capacidad para dictar políticas y establecer límites, y, en el caso de APP, incluso para colocar ministros, como el titular de Salud, César Vásquez.
Estos resultados confirman lo que fue una premisa, en el sentido que existe un acuerdo soterrado entre el Gobierno de Boluarte y las dos fuerzas más poderosas del Congreso para mantenerla en el poder hasta que termine su mandato. O hasta cuando a ellos se les antoje. Ello los hace responsables, como cogobierno, por el desastre que se viene realizando en la admninistración del Estado. Y esta responsabilidad debe ser de conocimiento masivos de la población, para que sea consciente de quienes son los responsables de la inoperancia del estado, de la insegurdad ciudadana, del desempleo y la mala gestión económica, que asomaría en una crisis con consecuencias durisimas para los sectores menos favorecidos.
Otros datos interesantes de este sondeo y que cabe mencionar, es que en la escala de poder les siguen Julio Velarde, presidente del Directorio del Banco Central de Reserva (BCR), con 38%; el premier Gustavo Adrianzén, con 37%; el prófugo líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, con 31%; el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, con 24%; el exdictador Alberto Fujimori, con 21%; y propietario del Grupo Intercorp, Carlos Rodríguez Pastor, con 20%.
Otros personajes de la lista son el presidente del Poder Judicial, Javier Arévalo, con 6%; el fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, un 7%; el escritor Mario Vargas Llosa, con 4%; y el excongresista Richard Acuña (Alianza Para el Progreso), con 6%.
No hay que olvidar que en el verano del año pasado, Keiko Fujimori se reunió en Palacio de Gobierno con la presidenta y expresó que tanto el Gobierno como Fuerza Popular coincidían en que la salida más rápida a la crisis era adelantar las elecciones, una iniciativa que finalmente se desvaneció. La política, quien actualmente enfrenta un juicio por lavado de activos, subrayó que “lo peor que podían hacer las fuerzas políticas era ignorar la crisis política y social” iniciada en diciembre del año pasado, que dejó 70 muertos.
Un año después, su padre fue excarcelado y, en una de sus primeras declaraciones públicas, aseguró que “el Gobierno de Boluarte va a continuar hasta 2026, por lo menos Fuerza Popular así lo ha acordado”. Durante esos días, la mandataria también lanzó una peculiar frase para destacar la colaboración con Acuña. Pequeños grandes detalles que pasaron casi desapercibidos para muchos, pero que entrañaban el inicio del pacto infame para cogobernar en la sombra.
“Seguiremos abrazando los sueños y la esperanza de su pueblo que lo eligió. Usted es el papá de la libertad, yo soy la mamá de todo el Perú y juntos avanzaremos para conseguir los sueños y la esperanza de nuestras hermanas y hermanos”, expresó Boluarte en un evento oficial en Virú. Los halagos también llegaron después de que la Comisión Permanente del Congreso archivara las denuncias contra la gobernante por el caso Club Apurímac, del que fue presidenta mientras ejercía como ministra de Desarrollo e Inclusión.
Finalmente hay que subrayar que Keiko Fujimori y César Acuña son los que controlan el poder en el Perú, pues Dina Boluarte solo ocupa el cargo, pero no manda y está sometida a cumplir un libreto que le imponen sus soportes en el cargo. En pocas palabras Keiko Fujimori y César Acuña tienen en sus manos la caducidad en el cargo de la presidenta Boluarte y el destino del país en estos momentos. Por consiguiente la sociedad civil debe exigirles que asuman sus responsabilidades de manera abierta y oficial, pues están en una posición comodísima para como quien dice tirar la piedra y esconder la mano.
Que quede claro que Fuerza Popular y Alianza para el Progreso, y sus aliados de derecha e izquierda, son los responsables de desmantelar el Estado y desarmar a la ciudadanía frente a la corrupción y el crímen organizado. Así de mal están las cosas. Hasta la próxiima semana amigos de Primera.