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El ministro de Transportes y Comunicaciones Martín Vizcarra se adelantó a la censura del Congreso y decidió renunciar ayer por la mañana. Al parecer tomar conocimiento del informe de la Contraloría definió su decisión. Todo esto motivado por el sospechoso caso de la adenda del contrato de la construcción del aeropuerto de Chinchero en el Cusco.
Anoche con un semblante destemplado anunció que el gobierno había dejado sin efecto el tratado en mención, firmado con la empresa Kuntur Wasi. Pero creo que su renuncia no va a cambiar el concepto negativo que la opinión pública tiene sobre la manera atropellada y dolosa con que se quiso llevar adelante el cuestionado y a la vez importante proyecto. El gobierno al dejar sin validez el contrato a estas alturas, solo reafirma su responsabilidad consciente ante la nocividad de dicho acuerdo para el país. A sabiendas pretendían sacarlo adelante y ello merece el rechazo público y un severo seguimiento en la elaboración de un nuevo tratado.
El contralor general de la República, Edgar Alarcón, había anunciado que hoy presentarían un informe sobre la adenda suscrita por este Gobierno con Kuntur Wasi. Sin embargo, Martín Vizcarra deslizó que, tras su interpelación en el Congreso, se reunió con Alarcón y con el ministro de Economía, Alfredo Thorne, para analizar las observaciones a la adenda. Lo cual hace suponer que el Contralor habría soltado prenda sobre el contenido de su informe, información que habría convencido a Vizcarra de desistir en sus intenciones y ensayar una maniobra que lo salve de la censura. Lo cual se concretó con su matutina renuncia de hoy.
El titular del MTC lamentó que la adenda, que según dijo buscaba reparar el contrato firmado por el gobierno anterior, “no ha sido reconocida y no ha generado el respaldo ni de los grupos políticos ni tampoco de la propia contraloría”. “Después de evaluar la posición del Congreso y de la contraloría, les hemos hecho conocer [a Kuntur Wasi] que la voluntad y el deseo del Gobierno es dejar sin efecto este contrato y lanzarlo nuevamente”, añadió peligrosamente Martín Vizcarra.
Creo que estas declaraciones comprometían aún más su situación y no lo eximían de la responsabilidad política de haber firmado una adenda apresurada en condiciones que no eran las mejores. Esta decisión debió tomarse desde el primer momento para no someter al país y a los cusqueños a tantos meses de incertidumbre.
Hay una contradicción irresponsable por decir lo menos en el hecho de que el ministro haya dicho que “como no hay consenso no va”, pues sus propias palabras desbaratan toda la argumentación que hizo sobre lo beneficioso que iba a ser para el país y los millones de dólares que supuestamente se iban a ahorrar.
Lo que debió hacer el gobierno de PPK, al tener conocimiento de los pormenores del contrato es denunciar lo lesivo que era para el país y señalar directamente la responsabilidad del ex presidente Ollanta Humala y los alcances del perjuicio hacia el país estipulado en dicho acuerdo. Las razones de por qué no lo hicieron y por qué intentó sacarlo adelante al caballazo resultan ahora más importante que la previsible renuncia del ministro Martín Vizcarra. Cuáles fueron las motivaciones o los reales intereses del presidente Pedro Pablo Kuczynski y compañía para insistir en firmar un contrato que como está planteado iba a ser un negocio redondo para Kuntur Wasi, pues prácticamente lo único que esta empresa iba a invertir es su nombre, pues la plata y los riesgos iban a ser asumidos por el estado con el dinero de todos nosotros los peruanos. Aquí hay mucho que investigar, sobre todo a los personajes que están dentro de las empresas del consorcio Kuntur Wasi y la relación que tienen con PPK. Es importante no perder el paso sobre este proyecto y tampoco perder de vista los entretelones del nuevo contrato. Es importante resaltar el hecho de su renuncia como un acto de madurez democrática en el sentido que su sucesor va a tener que hilar muy fino para tejer el nuevo contrato sobre todo sabiendo que va a estar bajo la lupa de todas las autoridades competentes y sobre todo de la opinión pública. Estaremos alerta. Hasta mañana mis amigos de Primera.
