GANADORES Y PERDEDORES

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VotacionLas  elecciones generales del domingo tuvo, sin duda, un gran ganador: la democracia. El pueblo peruano una vez más se comportó a la altura de las circunstancias y con su participación masiva y correcta le taparon la boca a quienes con sus voces intentaron poner en duda la legitimidad y transparencia de este proceso electoral.

El representante de la misión de observadores de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Horacio Serpa, ha señalado que en el Perú “encontramos una democracia seria, participativa, madura, y una gran  confianza en los ciudadanos peruanos en sus instituciones electorales”. Un gran espaldarazo al país pese a quienes intentaron empañar el proceso electoral, como el secretario general de la OEA, Luis Almadro, y, lamentablemente, el presidente Ollanta Humala, quien hasta el mismo día de las elecciones.

En materia de los resultados de la votación, la gran ganadora es la candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.

Pese a que no estarán en la segunda vuelta electoral, desplazados por una ligera diferencia por Pedro Pablo Kuczynski, los miembros del Frente Amplio con su candidata Verónika Mendoza han afirmado que las elecciones del domingo 10 de abril constituyen un triunfo de la izquierda peruana.

Si vemos  las cifras se puede decir que sí. La izquierda del Frente Amplio tendrá una importante representación parlamentaria, que quizá supere los 20 legisladores cuando se den los resultados al cien por ciento.

Sin embargo, nos preguntamos ¿constituye este logro un triunfo de la izquierda? Consideramos que no. La izquierda ha perdido una gran oportunidad de estar en la segunda vuelta y acaso en ese balotaje llegar a la Presidencia de la República.

El resultado de esta votación y el por qué no se logró el objetivo debe ser materia de análisis, reflexión y lección para que la izquierda tenga un mejor protagonismo en la política peruana, que lo perdió desde los años 80 cuando se unió en torno al liderazgo del ex alcalde de Lima, Alfonso Barrantes Lingán. Sin embargo, esa unidad siempre fue frágil y el recordado “tío frejolito” tuvo que hacer grandes esfuerzos para mantenerla.

Esa debe ser la gran tarea que deberá asumir en adelante Verónika Mendoza con miras a una próxima contienda electoral. La actuación de su bancada en el próximo Congreso así como las elecciones municipales y regionales serán ocasión de demostrar cuánto han avanzado en ello.

Además de la unificación, la izquierda debe demostrar que se ha modernizado, que sus programas caminan acorde al siglo XXI, pues les guste o no todavía se escuchan mensajes y propuestas con dosis radicales que solo le restan  posibilidades de ganar más adherencias.

Hoy dicen que Gregorio Santos es uno de los responsables de que la izquierda no estuviera en la segunda vuelta, no haberse unido al Frente Amplio o no haber renunciado a la contienda electoral. Los casi cuatro puntos que alcanzó desde la celda donde está detenido el ex gobernador de Cajamarca, habrían sido suficientes para llegar a la segunda vuelta, por encima de PPK que apenas les lleva una ventaja de dos puntos.

Y ese ha sido el eterno  problema de la izquierda para lograr la ansiada unidad. Conocemos la posición del ex sacerdote Marko Arana, por ejemplo, gran adversario de Santos. De manera que esa es la enorme tarea que le espera a Verónika Mendoza. De su capacidad y muñeca para manejar a su agrupación dependerá que esta opción política avance y pueda ser alternativa de gobierno en el 2021. Hasta mañana amigos de La Primera.

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