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El jefe de Estado, Ollanta Humala Tasso, acaba de declarar que no volverá a postular a la Presidencia de la República. ¿Para qué otra vez? le respondió al periodista de una cadena de televisión del Cusco que lo entrevistó, cuando le preguntó si en el 2021 tentaría volver a Palacio de Gobierno.
Su respuesta tiene lógica, si vemos que en el balance general su gestión gubernamental termina desaprobada por el pueblo, que es el soberano. A poco más de tres meses para dejar el cargo, el presidente Humala tiene una desaprobación del 84% y apenas 12% de aprobación, mientras que su esposa Nadine Heredia cuenta con el rechazo del 91% y solo un 6% de aceptación.
En primer lugar, debemos advertir que en política nadie está muerto. Y conociendo a la pareja presidencial, que se desdice constantemente, lo más probable es que en sus planes para el año del bicentenario, esté el deseo de volver al poder.
Pero antes, tanto el presidente Ollanta Humala como su esposa Nadine Heredia tendrán que saldar algunas cuentas pendientes. El primero implicado en el más grande escándalo de corrupción que ha trascendido fronteras a nivel de Latinoamérica, desde Brasil. El denominado caso Lava Jato, que investiga los pagos de millonarios sobornos de empresarios y funcionarios brasileños a autoridades de otros países para adjudicarse la ejecución de grandes proyectos de inversión.
Humala Tasso ha sido mencionado en un informe de la Policía Federal de Brasil en el pago de sobornos que habría realizado la empresa Odebrecht para hacerse de obras públicas. Se dice que el mandatario habría recibido tres millones de dólares. ¿Saldrá airoso de este caso? El tiempo lo dirá.
Nadine Heredia también la tiene complicada. Antes deberá librar el proceso que – en el Ministerio Público se da por hecho- se le abrirá por supuesto delito de lavado de activos por el caso de sus famosas agendas, en las que se anota mucha información sobre cuentas bancarias y sumas millonarias no declaradas, probablemente provenientes de Venezuela en la campaña electoral.
De manera que la pareja presidencial tiene un futuro incierto, a la luz de estos casos que, de comprobarse, puede alejarla por siempre de la política.
Y, en segundo lugar, la respuesta del presidente Ollanta Humala a la televisión cusqueña puede tener relación con el plan de fuga del país, que desde hace buen tiempo habría “cocinado” la pareja presidencial para cuando dejen el poder, tal como lo ha denunciado en reiteradas oportunidades el ex vicepresidente de la República de este gobierno, Omar Chehade.
El parlamentario ex nacionalista, advirtió que ese plan comprendía “extrañas acciones” tejidas desde Palacio de Gobierno para deslegitimar las elecciones, y la colocación de amigos cercanos en embajadas de Francia, Suiza y Brasil.
Las advertencias de Chehade van cuadrando con la realidad. La participación de Ollanta Humala y Nadine Heredia se ha enmarcado en ese eventual propósito. El mandatario no guardó la neutralidad que la Constitución exige al Presidente de la República, incluso el mismo día de los comicios cuestionó al Jurado Nacional de Elecciones. Además, días antes no quiso pronunciarse sobre las críticas del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien tildó de semidemocrático el proceso electoral.
De manera que la respuesta del presidente Humala encaja con esta advertencia. Desde la oposición han demandado al Ministerio Público solicitar el impedimento de salida del país de la primera dama y de Ollanta Humala, aunque para el mandatario por la prerrogativa de su cargo, esto se puede hacer después de un año de haber concluido su mandato. Serán, pues, las autoridades judiciales quienes tendrán la última palabra. Hasta mañana, amigos de La Primera.
