El presidente de Juntos por el Perú (JP), Roberto Sánchez, ha confirmado la alianza entre su partido y el líder etnocacerista Antauro Humala, una decisión que ha generado tanto expectativas como controversias dentro y fuera de la agrupación política.
Sánchez aseguró que ambas militancias vienen realizando actividades conjuntas y expresó optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un programa de gobierno común en los próximos meses.

Una alianza con disensos internos
Sánchez reconoció que no todos los sectores de Juntos por el Perú están completamente de acuerdo con esta alianza. Sin embargo, destacó que la militancia activa de ambos grupos ha permitido organizar eventos académicos, políticos y recreativos a nivel nacional. “Si bien existen consensos en varios puntos, también hay disensos que se irán superando conforme se elabore un programa de gobierno unificado con todo el bloque patriótico. Disponemos de más de 90 días para alcanzar esa meta democrática”, afirmó.
El líder de JP también abordó las declaraciones homofóbicas de Antauro Humala, subrayando que su partido no discrimina a ningún ciudadano por su raza, sexo, orientación sexual o religión. “Nuestro partido no politiza los actos de la vida privada ni discrimina a ningún militante; por el contrario, defendemos esos derechos humanos en la sociedad”, enfatizó Sánchez.
Críticas desde dentro y fuera del partido
La alianza no ha estado exenta de críticas. Guillermo Bermejo, congresista y líder de Voces del Pueblo, quien comparte bancada con JP, expresó su desacuerdo con el acercamiento a Antauro Humala. Bermejo, quien busca consolidar un frente común con miras a las elecciones presidenciales de 2026, advirtió que esta alianza podría convertirse en un obstáculo para lograr dicho objetivo. “Nosotros no compartimos las ideas del señor Humala porque, además de ser inviables, son discriminadoras y violentas contra varios sectores de la sociedad. Si JP insiste en ir con Antauro, no habrá alianza electoral”, declaró.
Por otro lado, sectores dentro de Juntos por el Perú también han cuestionado la decisión de Sánchez, acusándolo de actuar de manera unilateral y sin consultar a las bases del partido. Estas tensiones internas reflejan la complejidad de consolidar una alianza que busca unir a dos corrientes políticas con diferencias ideológicas significativas.
Perspectivas y desafíos
La alianza entre Juntos por el Perú y Antauro Humala plantea un escenario político polarizado de cara a las elecciones generales de 2026. Mientras Sánchez apuesta por superar las diferencias y construir un programa de gobierno unificado, las críticas internas y externas evidencian los desafíos que enfrenta esta coalición.
Con más de 90 días para formalizar la alianza, el futuro de este pacto dependerá de la capacidad de ambas partes para encontrar puntos en común y superar las tensiones que han surgido hasta ahora. En un contexto político marcado por la fragmentación y la incertidumbre, esta alianza podría redefinir el panorama electoral en Perú, pero también corre el riesgo de fracturar aún más a las fuerzas progresistas del país.
La pregunta que queda en el aire es si esta unión será capaz de consolidarse como una alternativa viable para el electorado o si, por el contrario, terminará debilitando a ambas agrupaciones en su camino hacia las urnas.