Musuq Varayoq en Huancavelica: Tradición ancestral declarada Patrimonio Cultural Nacional

0
7

El Ministerio de Cultura, a través de la resolución 000097-2025-VMPCIC/MC, ha declarado como Patrimonio Cultural de la Nación a la celebración de los Musuq Varayoq, una tradición centenaria que se vive en el distrito de Huachocolpa, en la provincia de Huancavelica.

Esta festividad, que da inicio cada año en los primeros días de enero, no solo es un espacio de encuentro comunitario, sino también un ritual de renovación y traspaso de liderazgo que refuerza los lazos históricos y culturales de la región andina.

El término “Musuq Varayoq” significa “nuevas autoridades” y hace referencia al rito de transición en el cual se renuevan los liderazgos tradicionales de la comunidad. La declaración de Patrimonio Cultural reconoce que esta celebración congrega a toda la población de Huachocolpa, fortaleciendo la importancia de los sistemas de gobierno ancestral y promoviendo la preservación ecológica del territorio. De esta manera, se establece un vínculo indisoluble entre el patrimonio cultural inmaterial y el entorno natural, contribuyendo a que las nuevas generaciones valoren sus raíces y cuiden la salud ecológica de su territorio.

Los preparativos para la festividad comienzan el 31 de diciembre con el traslado protocolario de las autoridades a la iglesia matriz de Huachocolpa. En este recinto, se procede a la entrega de las varas de mando—o, en ciertos casos, del látigo—símbolos de justicia, liderazgo y autoridad. La ceremonia se lleva a cabo de manera jerárquica: inicia el Ñuñupaqwa, quien recoge a su superior, y así sucesivamente hasta culminar con el Alcalde Vara Mayor, máxima autoridad tradicional. Con sus atuendos típicos, los nuevos Musuq Varayoq toman las calles en una acción única, corriendo de forma simbólica y competitiva, mientras son aclamados por mujeres y otros miembros de la comunidad.

La celebración se inicia formalmente el 1 de enero con una misa en la que se realiza la ceremonia conocida como Vara Hayway o Vara Hapiy, a excepción de la comunidad de Huachocolpa, que celebra el día siguiente. En el ritual del “Kargo Hapiy” se produce el traspaso de responsabilidades: los varayoq salientes entregan las varas en la iglesia matriz y reciben la bendición del sacerdote, quien posteriormente las otorga a los nuevos líderes. Estos nuevos Musuq Varayoq, mediante un juramento público, se comprometen a ejercer sus funciones con integridad, invocando a la Pachamama y a los apus para consolidar su autoridad y proteger la comunidad.

Posteriormente, el día 2 de enero se realiza la ñawpaq watukuy, o primera visita protocolar, en la que los Musuq Varayoq se acercan a las principales autoridades distritales —el alcalde, el Juez de Paz y la subprefectura, entre otros— para afianzar la relación entre el sistema tradicional y la estructura administrativa local. Esta transición es simbolizada además con ofrendas de hojas de coca y agua ardiente, elementos que representan la fortaleza espiritual y la purificación del nuevo ciclo de liderazgo.

La declaratoria de Patrimonio Cultural además se entiende como un esfuerzo estratégico para salvaguardar esta manifestación frente a amenazas como la pérdida de identidad cultural, la migración juvenil y el olvido de elementos tradicionales. Con poco más de 1,955 habitantes en Huachocolpa, distribuidos en diversas zonas rurales, la preservación de estas festividades es vital para mantener el arraigo y la continuidad de las prácticas ancestrales.

La celebración de los Musuq Varayoq no es solo un carnaval de tradiciones; es una vivencia que conecta el pasado con el presente, y que asume un rol protagónico en otros eventos culturales, como los carnavales y actos de preservación ambiental. Así, Huancavelica se reafirma como un territorio de profunda riqueza cultural, donde la identidad y la memoria ancestral se transmiten de generación en generación, fortaleciendo el tejido social y promoviendo la conservación del patrimonio cultural inmaterial.

Con esta determinación, el Ministerio de Cultura no solo rinde homenaje a una tradición emblemática, sino que también establece las bases para su continuidad y protección en el siglo XXI, asegurando que la historia y los valores de las comunidades andinas sigan siendo parte esencial de la identidad nacional.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here