Mensajes de 2015 a 2019 describen contactos con Michael Wolff y exfuncionarios; la Casa Blanca afirma que el contenido no acredita delitos ni conductas ilícitas del presidente.

Legisladores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos hicieron públicos más de 20.000 folios de documentos vinculados a Jeffrey Epstein, entre los que figuran cadenas de correos electrónicos en las que el magnate condenado por abuso sexual menciona al presidente Donald Trump y discute con allegados cómo podría afectar su carrera política. La divulgación, impulsada inicialmente por los demócratas del Comité de Supervisión y ampliada luego por los republicanos, se produjo el 12 de noviembre de 2025 en Washington D. C., en el marco de una investigación congresal sobre la red de contactos de Epstein y de un creciente reclamo de transparencia. La Casa Blanca sostiene que los documentos se han usado de forma “sesgada” y afirma que no prueban irregularidades por parte del mandatario.
Antecedentes y contexto
Jeffrey Epstein, financiero estadounidense con fuertes vínculos con figuras políticas, empresariales y de la realeza, fue detenido en 2019 por cargos federales de tráfico sexual de menores y murió en prisión ese mismo año mientras esperaba juicio. Su antigua socia Ghislaine Maxwell fue condenada en 2022 a 20 años de cárcel por delitos vinculados a esa red.
Desde entonces, la presión para conocer el alcance de sus relaciones con élites globales ha derivado en múltiples procesos judiciales, solicitudes de transparencia y, en 2025, en la presentación en el Congreso del Epstein Files Transparency Act, un proyecto de ley que busca obligar al Departamento de Justicia a desclasificar y difundir todos los documentos vinculados al caso.
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes obtuvo, mediante citaciones a la herencia de Epstein, decenas de miles de páginas de correos, agendas y anotaciones personales. Parte de ese material se ha difundido de forma escalonada desde septiembre. El 12 de noviembre, los demócratas del comité publicaron tres cadenas de correos seleccionadas que aludían directamente a Trump; horas después, la mayoría republicana difundió más de 20.000 páginas adicionales, alegando que se trataba de ofrecer “el cuadro completo” frente a lo que calificaron como una selección parcial y politizada.
Aunque Trump mantuvo durante años una relación de amistad con Epstein —con coincidencias en eventos sociales y registros de vuelos—, el mandatario sostiene que se distanció a inicios de los años 2000, antes del primer arresto del financiero, y ha negado de forma reiterada cualquier conducta delictiva vinculada a él.
La BBC, que tuvo acceso a parte del material, ha señalado que todavía no ha verificado de forma independiente todos los correos divulgados y continúa su análisis, un punto que subrayan expertos en transparencia para advertir sobre la necesidad de contextualizar y corroborar cada intercambio.
Los correos con Maxwell: “ese perro que no ha ladrado es Trump”
Uno de los correos más citados por los demócratas data de 2011 e involucra un intercambio entre Epstein y Ghislaine Maxwell. En ese mensaje, Epstein escribe:
“Quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado es Trump… [la víctima] pasó horas en mi casa con él”.
Epstein añade que el entonces empresario “nunca ha sido mencionado”, ni siquiera por un “jefe de policía”. Maxwell responde que ha estado “pensando en eso”.
En la versión inicialmente difundida, el nombre de la víctima aparecía censurado. Sin embargo, en la documentación completa remitida al comité el nombre figura como “Virginia”. La Casa Blanca indicó que se trataría de Virginia Giuffre, una de las denunciantes más conocidas de Epstein, que se suicidó en abril de 2025. Según el Ejecutivo, Giuffre declaró en varias oportunidades que Trump no participó en conductas ilícitas y que el presidente “no pudo haber sido más amable” en las escasas interacciones que tuvieron.
Consultado sobre la decisión de censurar inicialmente el nombre en la versión demócrata, el representante Robert Garcia, principal miembro demócrata del Comité de Supervisión, sostuvo que el partido no divulgará identidades de víctimas, en respeto a las familias.
Intercambios con el periodista Michael Wolff
Otra parte relevante de los documentos corresponde a correos entre Epstein y el escritor y periodista Michael Wolff, autor de varios libros sobre Trump.
En una cadena de 2015, Wolff informa a Epstein que la cadena CNN planeaba preguntar a Trump sobre su relación con el financiero, entonces ya controvertida, en el contexto de las primarias republicanas de 2016. Epstein responde preguntando qué tipo de respuesta debería dar el ahora presidente.
Wolff le sugiere no intervenir directamente y dejar que Trump se exponga:
Si dice que no ha estado en el avión ni en la casa, eso te da una ventaja en relaciones públicas y política. Puedes perjudicarlo de una manera que potencialmente te beneficie o, si realmente parece que pudiera ganar, podrías “salvarlo”, generando una deuda.
En otro correo de octubre de 2016, pocos días antes de las elecciones, Wolff ofrece a Epstein la posibilidad de una entrevista que podría “acabar” con Trump, algo que, según el periodista, generaría simpatía hacia el financiero en ciertos círculos.
Un tercer correo, fechado en enero de 2019, recoge a Epstein afirmando que “Trump dijo que me pidió que renunciara” en referencia aparente a su pertenencia al club Mar-a-Lago, y añade que el entonces presidente “sabía de las chicas” y que pidió a Ghislaine Maxwell que “parara”. Estas afirmaciones no han sido corroboradas de forma independiente.
Tras la publicación, Wolff reconoció en un video que parte de los correos son auténticos y que llevan años intentando narrar en detalle la relación entre Epstein y Trump.
Mensajes con Kathryn Ruemmler y la frase “yo soy el único capaz de acabar con él”
Entre los documentos divulgados figura también un intercambio de agosto de 2018 entre Epstein y la abogada Kathryn Ruemmler, exconsejera jurídica de la Casa Blanca durante la administración de Barack Obama, hoy ejecutiva jurídica en un banco de inversión.([Wikipedia][3])
Ruemmler envía a Epstein un artículo de opinión del New York Times sobre los pagos para silenciar a la actriz Stormy Daniels antes de las elecciones presidenciales de 2016. En ese contexto, Epstein sostiene que el problema no es si el dinero era propio de Trump, sino la “falta de transparencia”, y escribe:
“Ya ves, sé lo sucio que es Donald”.
La cadena incluye además mensajes de texto de diciembre de 2018, en los que una persona no identificada le dice a Epstein que “todo esto pasará” y que “solo intentan acabar con Trump”. Epstein responde:
“Sí, gracias. Es increíble. Porque yo soy el único capaz de acabar con él”.
La ambigüedad del contexto —no queda claro a qué procesos o investigaciones alude— ha sido subrayada tanto por medios como por analistas legales, que advierten sobre el riesgo de sobredimensionar frases aisladas sin corroboración adicional.
Cifras y documentos oficiales
Según la documentación divulgada y los comunicados del Comité de Supervisión:
- Se han liberado más de 20.000 páginas adicionales de archivos remitidos por la herencia de Epstein, que se suman a lotes anteriores difundidos desde septiembre.
- Los documentos incluyen correos electrónicos, agendas, registros de reuniones y comunicaciones con terceros.
- Trump es mencionado más de mil veces en el conjunto de los archivos, aunque no figura como destinatario de los correos de Epstein ni de su entorno inmediato.
- El material se incorpora al debate sobre el Epstein Files Transparency Act, cuyo impulso ha recibido el apoyo de legisladores demócratas y de algunos republicanos.
Implicancias políticas y mediáticas
La publicación de los correos se produce en un contexto de marcada polarización política en Washington. Para los demócratas, los mensajes refuerzan la necesidad de esclarecer por completo el entramado de relaciones de Epstein y de conocer qué sabían y cómo actuaron figuras de alto nivel frente a los abusos sexuales por los que fue condenado.
Los republicanos, por su parte, acusan a la oposición de utilizar selectivamente el contenido para vincular a Trump con el escándalo, pese a que no hay, en los correos publicados, pruebas directas de delitos cometidos por el presidente. La difusión masiva de documentos por parte de la mayoría republicana se presenta como un intento de contrarrestar esa narrativa mostrando el conjunto del archivo.
La Casa Blanca, a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt, sostuvo que los correos fueron filtrados “de forma selectiva” a medios progresistas y calificó las historias derivadas de ellos como “intentos de mala fe” para desviar la atención de lo que describió como “logros históricos” del gobierno y de debates como la reapertura del gobierno federal. Leavitt insistió en que Trump expulsó a Epstein de su club Mar-a-Lago hace décadas por acosar a empleadas, y que los documentos “no demuestran absolutamente nada” en su contra.
La portavoz Abigail Jackson declaró también que “estos correos electrónicos no prueban absolutamente nada”, en referencia a supuestas conductas ilícitas del presidente.
En paralelo, organizaciones de víctimas y defensores de la transparencia reclaman que la publicación no se limite a fragmentos, sino que se acompañe de un trabajo sistemático de contextualización, contraste y protección de la identidad de víctimas y testigos.
Próximas acciones y escenarios posibles
- Revisión parlamentaria continua
El Comité de Supervisión continuará analizando los documentos, con la posibilidad de celebrar nuevas audiencias e interrogar a personas mencionadas en los correos, incluidos periodistas, exfuncionarios y ejecutivos. - Trámite del Epstein Files Transparency Act
Con una petición de descarga ya presentada y el número mínimo de firmas alcanzado para forzar una votación, la Cámara deberá pronunciarse sobre el proyecto que busca abrir todos los archivos en poder del Departamento de Justicia relativos a Epstein.([Wikipedia][2]) - Impacto en la agenda política y electoral
La forma en que se interpreten estos correos y la atención mediática que reciban puede influir en la imagen pública de Trump, en un momento en que el presidente encara otras causas judiciales y una intensa campaña de cara a próximos comicios. - Verificación independiente del material
Medios como la BBC y otras organizaciones periodísticas han señalado que seguirán verificando y contextualizando los mensajes antes de derivar conclusiones, una tarea clave para reducir la difusión de interpretaciones infundadas o parciales.
Panorama
La divulgación de miles de páginas de archivos de Jeffrey Epstein, incluidos correos en los que se menciona a Donald Trump y se afirma disponer de capacidad para “acabar” con él políticamente, añade una nueva capa de complejidad a un caso que combina abuso sexual, poder económico y alta política. Mientras el Congreso debate cómo avanzar en la apertura total de los expedientes y la Casa Blanca denuncia una operación de descrédito, el contenido de los correos continúa bajo revisión y su impacto final dependerá de la verificación independiente, el análisis judicial y el escrutinio público que se haga de ellos.
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