Jeannette Jara, la dirigente comunista que busca conquistar el centro político en Chile

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La candidata, de origen popular y trayectoria sindical, llega primera a la primera vuelta y enfrenta el reto de ampliar su base más allá de la izquierda en una segunda vuelta polarizada.

Jeannette Alejandra Jara Román, militante histórica del Partido Comunista de Chile, exministra de Trabajo y figura clave del gobierno de Gabriel Boric, se convirtió en la candidata más votada en la primera vuelta presidencial del 17 de noviembre de 2025, con el 26% de los sufragios, por delante del candidato de derecha José Antonio Kast, que obtuvo el 24%. De cara a la segunda vuelta del 14 de diciembre, Jara enfrenta el desafío de captar apoyos más allá de la izquierda en un escenario marcado por la preocupación ciudadana por la seguridad y la inmigración, así como por las críticas al desempeño del actual gobierno.

Origen popular, militancia temprana y formación

Jeannette Jara nació el 23 de abril de 1974 en Conchalí, una comuna de bajos recursos en el norte de Santiago. Es la mayor de cinco hermanos y la única de su familia que accedió a la educación universitaria. Su padre, mecánico y sindicalista, tuvo un rol central en su formación política y en su vínculo con el mundo del trabajo y la organización social.

Durante su infancia, la familia pasaba los veranos en una cabaña en El Tabito, en la costa, sin servicios básicos de agua, luz ni desagüe, experiencia que la candidata ha mencionado como reflejo de las carencias materiales que marcaron su niñez.

En plena dictadura de Augusto Pinochet, a los 14 años, Jara ingresó a las bases clandestinas del Partido Comunista. En esa época, ha relatado, tuvo que participar en actividades escolares donde se esperaba que saludara al mandatario. En una de esas ocasiones, según ha contado, se desmayó antes de estrecharle la mano, en un contexto en el que la militancia de su padre y el clima político hacían de ese gesto algo especialmente sensible para ella.

Jara estudió Administración Pública en la Universidad de Santiago de Chile y, posteriormente, Derecho en la Universidad Central. Ambas carreras las financió mediante trabajos informales y temporales, combinando estudios con empleo para sostenerse económicamente.

A los 19 años contrajo matrimonio con Gonzalo Garrido, dirigente estudiantil e ingeniero eléctrico, quien falleció dos años después por suicidio en medio de un cuadro depresivo. La propia Jara ha señalado que quedar viuda a los 21 años marcó profundamente su vida y que, en ese proceso de duelo, la militancia política y sindical fue un soporte fundamental.

Dirigenta estudiantil y construcción de liderazgo

En los años 90, en el contexto de la transición a la democracia y el fin de la dictadura, Jara se vinculó al movimiento estudiantil, en un escenario donde sectores de izquierda expresaban escepticismo frente al carácter gradual de las reformas y la continuidad del modelo económico.

Ya como dirigenta universitaria, Jara planteaba que la educación superior debía “estar al servicio del país, y no al servicio de un mercado”, en línea con las críticas al sistema educativo y al enfoque neoliberal predominante. En ese periodo fue elegida presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago, consolidando un liderazgo que combinaba la militancia partidaria con la organización estudiantil.

En 1997 fue detenida en el marco de una protesta. Tras su salida, organizó un acto conmemorativo por los 30 años de la muerte de Ernesto “Che” Guevara, en el que participaron figuras de la canción política latinoamericana, como Silvio Rodríguez. En esa etapa, su discurso se inscribía en una defensa explícita de los ideales revolucionarios, postura que, según se ha señalado, ha ido matizando con el tiempo respecto de procesos como la Revolución Cubana o la Revolución Bolivariana.

Trayectoria sindical y especialización en derecho tributario y laboral

Luego de culminar su primera carrera, a comienzos de los años 2000, Jara ingresó al Servicio de Impuestos Internos (SII). Desde allí se vinculó de forma orgánica al movimiento sindical, participando en organizaciones de trabajadores y postulando a cargos internos, que fue ganando progresivamente.

Su trabajo se enfocó en temas de derecho tributario y laboral, combinación que le permitió participar en debates sobre estructura impositiva, protección de derechos de los trabajadores y fortalecimiento de la negociación colectiva. Este recorrido la proyectó como una figura con conocimiento técnico y experiencia en la administración pública, más allá de la esfera estrictamente partidaria.

Analistas de la política chilena han descrito al Partido Comunista como una organización que combina “plasticidad y ortodoxia”, es decir, capacidad de adaptarse al sistema político manteniendo principios ideológicos. En ese marco, Jeannette Jara es vista como parte de un sector interno que impulsa una línea menos sectaria, más abierta al diálogo institucional, sin dejar de sostener las banderas históricas de la colectividad.

Ingreso al gobierno y labor en los gabinetes de Bachelet y Boric

La proyección de Jara hacia cargos de alta responsabilidad política se consolidó durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018). Primero se desempeñó como asesora en el Ministerio de Desarrollo Social y luego asumió la Subsecretaría de Previsión Social.

Esta etapa coincidió con el ingreso del Partido Comunista a la coalición oficialista, lo que implicó que, por primera vez desde el retorno a la democracia, el PC ocupara espacios de poder dentro del Ejecutivo. En ese contexto, Jara se convirtió en una de las caras visibles de la participación comunista en la formulación de políticas públicas, especialmente en el ámbito previsional y de protección social.

Tras el regreso de la derecha al gobierno en 2018, Jara se dedicó a la consultoría y a la defensa de manifestantes del estallido social de 2018-2019, en un escenario de masivas movilizaciones que cuestionaron el modelo económico y el orden institucional surgido de la transición.

La elección de Gabriel Boric en 2021 marcó un nuevo ciclo político. Después del rechazo de la propuesta de nueva Constitución en el plebiscito de 2022, el presidente realizó un ajuste de gabinete y convocó a Jara para hacerse cargo del Ministerio de Trabajo y Previsión Social.

Desde ese puesto, la actual candidata lideró tres reformas centrales que se han convertido en su principal carta de presentación en campaña: la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, el aumento del salario mínimo y una intervención en el sistema de pensiones, en el marco de las demandas de la ciudadanía por cambios en el modelo previsional. Estos avances, si bien acotados frente a las expectativas iniciales de transformación estructural, son considerados por diversos observadores como algunos de los logros más concretos del gobierno de Boric.

Campaña presidencial: entre el origen militante y el voto de centro

En la campaña presidencial de 2025, Jeannette Jara se impuso ampliamente en las primarias de la izquierda, lo que le permitió posicionarse como la candidata del sector progresista con el apoyo del propio Boric y de la expresidenta Michelle Bachelet.

En el cierre de campaña previo a la primera vuelta, en un mitin marcado por cumbias, banderas y consignas, se escucharon cánticos críticos hacia la policía. Jara respondió con un llamado a la moderación, invitando a que la contienda electoral se basara en propuestas y no en descalificaciones. Ese gesto fue interpretado como parte de su estrategia para proyectar una imagen dialogante y ampliarse hacia electores moderados, en un contexto de fuerte preocupación por la seguridad ciudadana y la migración.

Los resultados del 17 de noviembre la ubicaron en primer lugar con el 26% de los votos, seguida por José Antonio Kast con el 24%. Sin embargo, las encuestas indican que los apoyos de la centroderecha y del sector libertario —representados por Evelyn Matthei y Johannes Kaiser, que suman alrededor del 27%— tenderían a concentrarse en Kast de cara a la segunda vuelta.

En ese escenario, Jara necesita atraer a una parte significativa del 19% obtenido por el economista Franco Parisi, así como a otros segmentos independientes o moderados, para construir una mayoría suficiente. Su propuesta de garantizar un ingreso mínimo de 700 dólares mensuales para todos los chilenos, junto con su trayectoria en reformas laborales y previsionales, aparece como uno de los ejes con los que busca persuadir a estos electores.

Apoyos, críticas y desafíos para una eventual presidencia

Jara cuenta con el respaldo explícito del presidente Gabriel Boric y de la expresidenta Michelle Bachelet, así como de las estructuras partidarias del oficialismo y de organizaciones sindicales afines. Sus simpatizantes destacan su origen popular, su biografía marcada por dificultades personales y su experiencia en gestión pública como elementos que la acercan a las preocupaciones cotidianas de amplios sectores sociales.

En contraste, sus críticos subrayan su larga militancia en el Partido Comunista y advierten sobre la posibilidad de que un eventual gobierno suyo profundice tensiones con sectores empresariales y financieros, o que se generen resistencias en el Congreso frente a reformas de mayor calado.

El reto central para la candidata es, por un lado, mantener cohesionada a su base histórica de izquierda y, por otro, presentarse como una opción viable para votantes de centro e incluso de centroderecha que valoran la estabilidad y la seguridad, temas en los que los candidatos conservadores han centrado su discurso.

Proyección de escenarios tras la segunda vuelta

De cara al balotaje del 14 de diciembre, se abren al menos tres escenarios principales:

  1. Consolidación de un gobierno de izquierda moderada
    Si Jara logra superar a Kast, su eventual gobierno tendría como desafíos mantener el rumbo de reformas en materia laboral y previsional, gestionar las expectativas de su base más ideológica y dialogar con un Parlamento fragmentado, en un contexto de demandas persistentes por seguridad y crecimiento económico.
  2. Reordenamiento del mapa político chileno
    Una victoria de Jara consolidaría el peso del Partido Comunista dentro de la coalición progresista y podría reconfigurar las relaciones entre las distintas fuerzas de izquierda y centroizquierda. También pondría a prueba la capacidad del PC para administrar el poder ejecutivo desde una lógica de pragmatismo y negociación.
  3. Eventual derrota y continuidad de la disputa ideológica
    En caso de un triunfo de Kast, la figura de Jara quedaría igualmente instalada como referente de la izquierda chilena, con posibilidades de proyectarse en el mediano plazo, mientras el Partido Comunista y sus aliados deberían redefinir estrategias frente a un gobierno de derecha con agenda distinta en materia de seguridad, migración y modelo económico.

Panorama

Jeannette Jara llega a la segunda vuelta presidencial chilena como una candidata de origen popular, con una extensa trayectoria militante en el Partido Comunista, experiencia en la administración pública y un papel protagónico en reformas laborales y previsionales del actual gobierno. Su campaña se desarrolla en un clima de polarización, con un electorado preocupado por la seguridad y la situación económica, y con bloques políticos que buscan reordenarse tras años de cambios institucionales y sociales. El resultado del balotaje definirá no solo el curso inmediato del país, sino también el lugar que ocuparán Jara, su partido y el conjunto de la izquierda en el nuevo ciclo político chileno.

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