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La presidenta chilena, Michelle Bachelet, prometió el sábado seguir avanzando en diversas reformas comprometidas por su Gobierno, aunque admitió que algunas tendrán que reajustarse debido a la desaceleración económica y para buscar mayor nivel de consenso.
Además de una costosa reforma educativa para garantizar la gratuidad, el Gobierno está embarcado en programas de fomento al empleo y una controvertida reforma laboral, detenida parcialmente por una corte constitucional.
"Continuaremos con las propuestas pendientes, menos numerosas, que hacen posible completar los cambios comprometidos. Hay también iniciativas que debemos reprogramar porque tenemos que considerar la restricción de recursos o la necesidad de formar acuerdos amplios", dijo Bachelet en un discurso ante el Congreso.
El Gobierno de la mandataria socialista tiene actualmente un menor margen de maniobra debido a la desaceleración que atraviesa su economía en medio del desplome de los precios del cobre, principal exportación del país andino. La situación limitó el anuncio de iniciativas usualmente presentes en la cuenta pública de la mandataria.
"Tengo plena conciencia de las responsabilidades económicas del Estado, más aún en un tiempo de reformas y en un escenario internacional complejo. Las estrategias de largo plazo requieren de unas finanzas públicas sanas porque el populismo es lo opuesto a los cambios serios", sin embargo, la gobernante ratificó la necesidad de continuar un proceso de cambios, que incluyen una reforma constitucional, para garantizar el futuro del país.
"Si no hacemos los cambios todos juntos y ahora, las tensiones y obstáculos crecerán y frustraremos nuestra oportunidad de progreso", señaló.
Bachelet explicó que en los próximos meses se continuará avanzando en la progresividad de la gratuidad en la educación superior con el envío de nuevos proyectos de ley al Congreso.
