MENU
El conjunto arzobispo se dio el gusto de vencer a Porto en los penales
El Estadio Nacional era el escenario en el que Porto buscaba la reivindicación luego de haber estado fuera de la lucha por la Primeira Liga y por no haber tenido protagonismo fuerte en los torneos europeos. La Copa de Portugal era su última oportunidad para festejar un título en la temporada. Pero fracasó en el intento y la gloria se la llevó Braga.
Finalista el año último y ganador -hasta hoy- de su única Taça en la campaña 1965/1966, el conjunto arzobispo dio el primer golpe a los 12 minutos, por la fallida salida de Helton que, lejos de su área, dudó y esperó demasiado a que le llegara el balón antes de despejarlo: Rui Fonte se lo llevó y sólo debió empujarlo al arco vacío.
En el complemento, otra desatención defensiva -esta vez del español Iván Marcano- le dio a Josué la posibilidad de ampliar las cifras. A los 61', André Silva ilusionó a Porto con la remontada y con poder conquistar este trofeo tras cuatro ediciones sin hacerlo. Al minuto 90', Silva tuvo otra aparición y esta fue milagrosa: empate y desahogo para forzar el alargue.
En el tiempo de descuento no se hicieron daño y es por eso que la definición se extendió a los penales. En la tanda, el portero Marafona se hizo gigante al tapar dos ejecuciones (al mexicano Héctor Herrera, y otra al uruguayo Maxi Pereira), mientras que Pedro Santos, Nikola Stojiljkovic, Ahmed Hassan y Marcelo Goiano anotaron para el 4-2 y desatar la celebración. Porto, con las manos vacías.
Braga cierra una temporada más que positiva para sus ambiciones, con un 4º puesto en el certamen local que lo lleva a la Europa League, más este título, su 2º en la historia de la Taça de su país.
