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Se observa que todas las acciones realizadas por Osinergmin, vinculadas a la “mejora de la calidad del servicio eléctrico”, en ninguno de los tres (3) últimos años, alcanza siquiera el cincuenta por ciento (50%) de su ejecución presupuestal, cifra que resulta alarmante por cuanto denota ineficiencia en una de sus principales funciones.
Apreciando este escenario, nos preguntamos: ¿Por qué una institución tan ineficiente en la ejecución de su presupuesto y gestión, como Osinergmin, requiere de autonomía presupuestal para determinar sus propias medidas de austeridad, autorizar viajes, entre otras gollerías?
Podemos sortear varias hipótesis, pero ninguna puede ser favorable para un Organismo Regulador y sus directivos, que han demostrado mucha ineficiencia en el desempeño de sus funciones, resultando una agravante el hecho de mal utilizar el Informe de la OCDE para sustentar su proyecto de Ley.
