Minutos después de anotar el gol, Hernán Barcos fue expulsado por doble amarilla, dejando a Alianza Lima con uno menos y provocando un inesperado giro en el encuentro. El delantero argentino pidió perdón a la hinchada por su imprudente acción.

En un duelo de la fecha 9 del Torneo Apertura 2025 de la Liga 1 Te Apuesto, Alianza Lima logró imponerse 1-0 ante Los Chankas en el Estadio Alejandro Villanueva (Matute). El encuentro, disputado el viernes 18 de abril a partir de las 8:00 p.m. (horario en Perú, Colombia y Ecuador; con diferencias horarias en Argentina, Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay), fue transmitido en vivo por L1 MAX a través de DIRECTV, Claro TV, WIN TV y sus plataformas digitales (L1 Play, Zapping y Fanatiz).
El partido estuvo marcado por una actuación singular de Hernán Barcos. El delantero argentino, protagonista del gol de penal que abrió el marcador para los “Blanquiazules”, se convirtió en el centro de atención no solo por su eficacia dentro del área, sino también por su polémica expulsión. A tan solo minutos de la celebración, Barcos recogió su segunda tarjeta amarilla tras realizar una falta calificada de innecesaria y dura. Con 70 minutos en el reloj, el ‘Pirata’ pasó de ser el héroe que desató la alegría en las gradas del Matute a convertirse en el villano en horas de vida del encuentro.
Ante la inesperada sanción, el veterano capitán de 41 años no tardó en mostrar su arrepentimiento. Al dirigirse a los vestuarios, levantó las manos y pidió perdón a los hinchas presentes, reconociendo su temeraria acción. Este episodio dejó una mezcla de sentimientos entre los seguidores del equipo, sumando un curioso contraste a una noche que, de otra forma, se había perfilado llena de optimismo tras la victoria.
Cabe destacar que esta actuación se enmarca en una jornada repleta de emociones para el Alianza Lima, que arribó a este compromiso tras vencer 1-0 a Garcilaso. Por su parte, Los Chankas, tras una reciente derrota por 3-1 frente a Sport Huancayo, intentaron sobreponerse a su situación en busca de un resultado positivo.
En definitiva, la velada en Matute quedará registrada no solo por el gol decisivo, sino también por la singular transformación de un jugador que pasó de encender la euforia del público a dejar a su equipo en inferioridad numérica, reflejando el carácter impredecible del deporte rey.