AMISTADES PELIGROSAS

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Detrás del líder de una barra hay beneficios que van más allá de lo económico.  

A raíz de los acontecimientos ocurridos el 7 de agosto de 2020, que originaron la suspensión de la Liga 1, nos ha llamado mucho la atención el protagonismo que las autoridades, los clubes y la propia Federación Peruana de Fútbol (FPF) les ha otorgado a las barras de los principales clubes de fútbol en el Perú, en lugar de condenar y sancionar las acciones o actividades ilegales que los miembros de estas barras desarrollan, los cuales les generan cuantiosas ganancias a sus líderes.

Porque nadie podría pensar que los líderes de las barras buscan ocupar esa posición por el hecho de ser hinchas del club que supuestamente defienden. 

Detrás de la posición de líder de una barra hay una serie de beneficios que se obtienen, que no son solo económicos, sino que van mucho más allá, dependiendo del grado de injerencia que alcancen respecto de quienes tienen a su cargo la gestión del respectivo club, con los cuales pueden hasta llegar a celebrar pactos al margen de la Ley. 

En efecto, la posición de líder de una barra permite alcanzar los siguientes beneficios:

1) Recibir entradas gratuitas de los administradores concursales o dirigentes, según el caso, posibilidad que se encuentra expresamente prohibida por la Ley 30037 y su Reglamento. El número de entradas que pueden llegar a recibir los líderes de una barra  puede alcanzar las 4,000 por partido, dependiendo de la trascendencia del mismo.

Pero la totalidad de estas entradas no se reparte entre los miembros de la respectiva barra sino que gran parte de las mismas terminan en la famosa “reventa”. En efecto, el hecho de manejar tan importante número de entradas, les genera importantes ingresos a los líderes de una barra, producto de la “reventa”, pero también les permite fidelizar a un número importante de barristas a los cuales les entregan parte de las entradas gratuitas que reciben, llegando a veces a cobrarles un monto mínimo por las mismas (del total de entradas que reciben los líderes de una barra, normalmente reparten el 50% entre barristas y el otro 50% va a la reventa).

Pero esta fidelización de barristas le genera otros negocios a los líderes de una barra, a partir del control de la tribuna en la cual operan, como el cobro de cupos por permitir determinadas “actividades” en esa misma tribuna: venta de droga, venta de comidas y bebidas, venta de productos “pirata”, etc.

2) El vínculo con administradores concursales o dirigentes de un club, les permite a los líderes de la barra obtener de estos una serie de beneficios como los siguientes:

  • Recibir indumentaria deportiva oficial del club.
  • Acceder a las sedes del club y utilizarlas, prácticamente, como si fueran propias. En este punto no podemos dejar de mencionar cómo es que los barristas de Universitario de Deportes han utilizado la sede de Campomar como su club de playa, a pesar de que el plantel del primer equipo se encontraba entrenando en esos momentos en dicha sede, o cómo es que los barristas de ese mismo club ingresaron al Estadio Monumental para encender juegos pirotécnicos en la madrugada del 7 de agosto de 2020, con motivo del aniversario de dicho club. 
  • Generar otros “negocios” cómo hacerse cargo de la vigilancia de los estacionamientos en las sedes del club o en la vía pública. Un claro ejemplo de esto es como los barristas de Universitario de Deportes se hicieron cargo de la seguridad de vehículos estacionados en la Final de Copa Libertadores 2019, que se jugó en el Estadio Monumental, llegando a cobrar S/. 40.00 por cada auto que se estacionaba en las inmediaciones de dicho estadio. Un negocio adicional consiste en controlar la venta de comida y bebidas en las sedes de los clubes, así como el control de la venta de cualquier producto que se comercialice en dichas sedes. Del mismo modo, brindan servicios de limpieza y seguridad que le cobran a los clubes, pero que terminan siendo brindados por los barristas que han fidelizado a través de la entrega de entradas. Cómo se puede presumir, los líderes de la barra le cobran al respectivo club por estos supuestos servicios, que se prestan de manera poco profesional o que nunca llegan a brindarse. 

3) El liderar a un grupo importante de personas, les permite a los líderes de una barra el “vender” el apoyo de esta masa de gente a candidatos a cargos políticos, quienes les pagan importantes sumas de dinero a cambio de ese apoyo o también intercambian favores futuros por dicho apoyo.

Sabiendo del nivel de arrastre, muchas veces sobrevalorado, que tienen las barras de los clubes de fútbol más importantes, los candidatos a cargos de elección popular o las propias agrupaciones políticas, buscan generar un vínculo con los líderes de la barra y llegan hasta a considerarlos como candidatos a cargos públicos, sin reunir las condiciones mínimas para ello.

Como parte de nuestra investigación, nos llamó poderosamente la atención cómo es que el partido “Alianza por El Progreso” convocó a la barrista Katherine Guerrero, quien suele azuzar a hinchas de Universitario de Deportes a realizar acciones que no se condicen con alguien que quiere ser congresista, por más devaluado que se encuentre dicho cargo público hoy en día. Como se podrá presumir, la mencionada señorita no cuenta con las condiciones mínimas para ocupar un cargo público tan importante como el de congresista. Su único mérito es ser amiga de barristas y jugadores de Universitario de Deportes. 

En ese contexto, no entendemos cómo es que las autoridades, administradores concursales o dirigentes de clubes, y hasta los mismos funcionarios de la FPF, no hacen absolutamente nada para desaparecer a estas barras que no le generan ningún beneficio al producto “fútbol peruano” sino todo lo contrario: ahuyentan a la familia de los estadios, ahuyentan a las marcas que se quieren acercar a los clubes de fútbol y, con sus acciones, le generan graves perjuicios a la sociedad, cómo se pudo constatar el último 7 de agosto.

Por el lado de las autoridades, es evidente que estos deben ser inflexibles con los barristas que llevan a cabo actos delictivos. En este aspecto debería jugar un rol vital la denominada “Comisión de Lucha contra la Violencia en los Espectáculos Deportivos”, conformada por distintas autoridades, la misma que debería jugar un rol más preponderante y no de meros espectadores frente a lo que sucede con las barras en el fútbol peruano. 

En el caso de los administradores concursales o dirigentes de clubes, hay quienes utilizan a las barras como brazo armado a efecto de combatir a quienes consideran sus enemigos. Basta recordar el ataque terrorista a la sede del INDECOPI hace pocos meses, el cual no habría sido una iniciativa de quienes ejecutaron ese acto delictivo, sino que habría autores intelectuales detrás de ellos, que son quienes idearon toda esta maniobra para amenazar y coaccionar a las autoridades de dicha entidad del Estado. 

Finalmente, por el lado de funcionarios de la FPF, no podemos olvidarnos de las declaraciones de su Secretario General, Oscar Chiri Gutiérrez, quien prácticamente acusó a la Policía Nacional del Perú (PNP) de no haber previsto la convocatoria de los hinchas de Universitario de Deportes el último 7 de agosto o los hechos que estos originaron, pero días después reunía a la policía con los líderes de las barras, a quienes prácticamente les  rogaba tener un buen comportamiento. El mundo al revés. 

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