DE MADURO A PODRIDO

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Maduro se compromete a aceptar resultados electorales "gane quien gane"La reelección prolongada en un régimen democrático a la larga se convierte en una dictadura. El poder es adictivo al grado de nublar la conciencia y la razón. Una prueba palpable es la reciente oficialización como dictadura del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela con el cierre inconstitucional del congreso, representado en ese país en la Asamblea Nacional. Todo ello no es más que la prolongación de los deseos post mortem del autor intelectual de la llamada Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, que en la práctica no es más que una burda dictadura cuya finalidad es el enriquecimiento elitista de su cúpula y sus más cercanos colaboradores a costa del hambre y la miseria del pueblo. La revolución que nació en Venezuela como el sueño de los necesitados por alcanzar un mejor nivel de vida se ha convertido en una pesadilla de decadencia económica y social que no tiene cuando terminar. El mal fruto de la llamada revolución se está pasando de maduro para terminar podrido.

La Cancillería emitió un comunicado en el cual confirman que el Gobierno del Perú “condena la decisión” del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela al atribuirse las competencias parlamentarias de la Asamblea Nacional. “Frente a la gravedad de estos hechos, el Gobierno del Perú ha decidido retirar de manera definitiva a su Embajador en la República Bolivariana de Venezuela”, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores. Reafirmando con ello el desacuerdo en los métodos antidemocráticos del régimen de Nicolás Maduro. Pues la censura no es contra Venezuela ni contra el pueblo venezolano sino contra las malas acciones de los mal llamados líderes entornillados en el poder.

Cabe recordar que el Perú llamó a consulta al embajador de Perú en Venezuela, Mario López Chávarry, luego que Nicolás Maduro y la canciller de su gobierno criticaran al presidente del Perú con insultos. Desde entonces, el embajador permaneció en territorio peruano.

El Gobierno ha iniciado las consultas correspondientes con otros países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para activar la Carta Democrática Interamericana.

Cabe recordar que en los primeros días del 2007 durante el gobierno de Toledo, Hugo Chávez vio con simpatía el proyecto nacionalista de Ollanta Humala para llegar a la presidencia del Perú. Fiel a su estilo, el fallecido ex mandatario dijo que el candidato de Unión por el Perú era pieza en su “batalla” contra el imperialismo estadounidense. Por ello, el entonces embajador Carlos Urrutia, en esa época representante peruano en Caracas, fue llamado en consulta. Pero la situación no mejoró en las semanas siguientes. Durante esa campaña, Chávez alternó entre el apoyo a Humala con el ataque a sus contendores: Lourdes Flores y Alan García.

A la primera la llamó “la candidata de la oligarquía del Perú” y, ya en la segunda vuelta, arremetió contra el líder aprista. El 28 de abril de ese año, ante un auditorio repleto de partidarios, Chávez le espetó a García: “El sinvergüenza es usted. Corrupto, sinvergüenza. Ladrón de cuatro esquinas”.

Al día siguiente, el Gobierno Peruano entregó una nota de protesta a Venezuela por los adjetivos, pero Chávez la emprendió esta vez contra el ex mandatario Alejandro Toledo, quien había salido en defensa de García. “Sale el presidente Toledo a defenderlo: caimanes del mismo pozo”, los llamó. A causa de ello, ambos países retiran a sus embajadores.

El 19 de abril del 2013, tras la muerte de Chávez y unas elecciones cuestionadas, Nicolás Maduro se convirtió en el presidente de Venezuela. Dos semanas después, el ministro peruano de Relaciones Exteriores, Rafael Roncagliolo, pidió a su gobierno predisposición al diálogo con la oposición “para resolver los problemas que ha dejado el reciente proceso electoral” y promovió una declaración conjunta entre los países de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

La reacción de Venezuela fue inmediata. “No acepto esta falta de respeto contra el proceso político y democrático. Usted se equivocó, canciller del Perú. Ha cometido el error de su vida, Roncagliolo”, atacó Maduro. Si bien el ‘impasse’ diplomático fue dado por superado al poco tiempo, 12 días después Roncagliolo presentó su renuncia, según dijo, por motivos de salud. La oposición acusó a Humala de entregar la cabeza de su canciller al líder venezolano. Convirtiéndose este último en cómplice del régimen dictatorial. Hasta el cierre de esta edición Humala no ha censurado las acciones antidemocráticas de Maduro. Hasta mañana mis amigos de Primera.

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