El susodicho Darwin Espinoza tiene sangre en el ojo desde que lo pretendieron vincular con Karelim López, según él, como una forma de presión política para que apoyase la vacancia presidencial. ‘La señora (María del Carmen Alva) está interesada en la vacancia y quiere ser presidenta del país’, ha dicho de manera contundente y sin resquemor alguno el legislador, como si se tratase de un certero lampazo. Si el arquitecto los viera.