Tenemos más de 20 mil compatriotas muertos a causa de la covid 19, y a los representantes complementarios del Congreso se les ocurre poner en pausa al gobierno, y dejar al gabinete al garete, y con ello retrasar las acciones para combatir este flagelo mundial, que está enlutando los hogares de nuestra patria. Justo ahora cuando es tiempo de enfrentar enérgicamente a la pandemia y parar la ola de muertes en nuestro país.
Da la impresión que en el Perú la clase política parlamentaria tuviera el firme propósito de querer hacer zozobrar el barco de la Nación. Y lo pusieron en evidencia al negarle el voto de confianza al gabinete que presidía el soberbio Pedro Cateriano. Eligieron el peor momento para evidenciar que sus intereses económicos y políticos se anteponen a los de la gran mayoría necesitada de nuestro país.
Este parlamento complementario, ha reafirmado con su última actitud, que no tiene sensibilidad nacional, ni visión social de país. Eligieron el peor momento para hacerse notar y tratar de expresar cierta personalidad política.
No se puede discutir en estos momentos de tempestad, no se puede criticar quien va o no va en la tripulación, cuando el barco tiene un hoyo en el casco, que de no atenderse anuncia un naufragio. Primero hay que enfrentar y solucionar la emergencia a como dé lugar, luego habrá tiempo para dar los jalones de orejas y aplicar los correctivos que la ley faculte.
De una inteligencia pequeña deben estar dotados la mayoría de estos parlamentarios que no ven más allá de sus zapatos, y no son capaces siquiera de calcular el efecto devastador que tiene el hecho de distraer la atención de los ministros de Estado, en algo que no sea combatir la pandemia y trabajar en la recuperación económica.
Pareciera que no les han explicado que esta pandemia tendrá efectos de guerra en la economía nacional y debemos trabajar en atenuarlos. Estamos a punto de retroceder económicamente a la década de los 80, así de un plumazo, un virus microscópico nos ha lanzado al centro de un túnel del tiempo, haciéndonos retroceder todo el camino andado. Y a los padres de la patria les importa un carajo. Ellos están haciendo sus cálculos políticos para el 2022, no para las elecciones generales del 2021, sino para los comicios regionales y ediles de sus respectivas jurisdicciones, esa es su ambición en estos momentos y hay que ponerlos en evidencia ante la Opinión Pública.
En su metro cuadrado de bienestar que han alcanzado al conseguir una remuneración parlamentaria, que les da accesos a un seguro de salud privado familiar, se han olvidado de todo, se han olvidado de los que menos tienen, que son los más afectados y los que se están muriendo en estos momentos en sus hogares y en las puertas de los hospitales, por que no tienen acceso a atención médica, a medicamentos, ni a oxígeno.
Se puede acaso ser tan obtuso mental para no calcular el atraso que le puede ocasionar a los que administran el Estado, el hecho de tener que distraer su trabajo para sustentar su plan de gobierno en procura de un voto de confianza ante 130 representantes, que no están remando para ningún lado, excepto para su conveniencia.
Además de todo esto los parlamentarios se están distrayendo, aventurándose a legislar en materias que no dominan en lo absoluto, una de ellas es la del retiro total de los aportes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), condenando a todos aquellos necesitados e ilusos que lo hagan, a una vejez miserable. Es cierto que el sistema pensionario tiene que corregirse y mejorarse, pero este es el peor momento para abordar el tema.
La situación de la pandemia se ha extendido al interior del país y requiere la total concentración de esfuerzos, de todas las instituciones públicas y privadas, para enfrentar esta emergencia nacional.
Los estragos de esta crisis política, económica y de salud va a ser tremenda, sino levantamos la cabeza y miramos limpiamente lo que realmente se necesita hacer por el bien del país, es hora de remar con todas nuestras fuerzas y en la misma dirección, en este barco no hay espacio para egoísmos, ni protagonismos, la vida de nuestra gente está en juego y cada minuto cuenta. Hasta la próxima semana mis amigos de Primera.