Casi al instante que el ingeniero, escudero mayor y congresista Juan Sheput, dijera en pocas palabras que la decisión que tome el Tribunal Constitucional sobre la ley antitransfuguismo “no debe ser acatada por el Congreso”, dando un gran lección de democracia, el también oficialista Salvador Heresi, a diferencia de su colega de bancada, salió a defender la institucionalidad del Estado y fue muy claro con su apreciación: “quienes condenamos la dictadura de Nicolás Maduro por romper el orden constitucional, no podemos avalar que el Congreso desconozca la sentencia del TC”. Con esta respuesta, Heresi ha logrado desenmascarar, una vez más, al lobo vestido de cordero. Y así gritan a los cuatro vientos que representan a la democracia, toda una vergüenza.