El Departamento de Estado lo señala como líder de una red de narco-terrorismo, mientras expertos describen un sistema descentralizado de oficiales que controlan rutas de droga y se benefician de sobornos.

El Departamento de Estado de Estados Unidos designó al denominado Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera a partir del 24 de noviembre de 2025. Según Washington, se trata de una red criminal incrustada en las Fuerzas Armadas de Venezuela y encabezada por el presidente Nicolás Maduro, dedicada al tráfico de cocaína y actividades de “narco-terrorismo” hacia Estados Unidos y Europa. La medida, anunciada el 16 de noviembre por el secretario de Estado Marco Rubio, amplía las facultades de persecución penal y financiera de las autoridades estadounidenses, mientras el gobierno venezolano rechaza la acusación y varios expertos matizan la naturaleza y estructura real de este entramado.
1. ¿Qué implica la nueva designación de Estados Unidos?
La inclusión del Cartel de los Soles en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras permite a Estados Unidos aplicar penas más severas por apoyo material, congelar activos bajo jurisdicción estadounidense y reforzar la cooperación militar y de inteligencia contra objetivos vinculados al grupo.
En comunicados oficiales, el Departamento de Estado sostiene que esta red sería “responsable de violencia terrorista en el hemisferio” y del envío sistemático de cocaína hacia territorio estadounidense y europeo, al tiempo que califica al gobierno de Maduro de “régimen ilegítimo” que no representa al “gobierno legítimo de Venezuela”.
La designación llega después de años de sanciones y acusaciones previas. En 2020, el Departamento de Justicia ya había imputado a Maduro y a altos cargos civiles y militares por conspiración para el narcotráfico y narco-terrorismo, en coordinación con la antigua guerrilla colombiana de las FARC.
En paralelo, Estados Unidos ha elevado de manera progresiva la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro hasta los US$50 millones, y ofrece montos millonarios por otros dirigentes señalados, como el ministro del Interior, Diosdado Cabello.
2. Los orígenes del término “Cartel de los Soles”
La expresión “Cartel de los Soles” comenzó a circular en la prensa venezolana a inicios de los años 90, a raíz de investigaciones por narcotráfico contra oficiales de la Guardia Nacional, entre ellos el general Ramón Guillén Dávila, acusado de facilitar el envío de grandes cargamentos de cocaína hacia Estados Unidos en el marco de operaciones encubiertas coordinadas con la CIA.
El nombre alude a las insignias en forma de “soles” —estrellas doradas— que utilizan los generales venezolanos en sus uniformes, y que se convirtieron en símbolo de altos mandos sospechosos de colaborar con redes de tráfico. Con el tiempo, el término pasó a utilizarse de manera genérica para referirse a funcionarios de diversos rangos supuestamente involucrados en el negocio de la droga.
Analistas especializados en crimen organizado describen al Cartel de los Soles no como una organización clásica con mando único y estructura rígida, sino como un entramado flexible de redes de corrupción dentro de las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad venezolanos.
3. Del chavismo a Maduro: consolidación de un “sistema criminal”
Según expertos citados por centros de investigación como InSight Crime y por la prensa internacional, el fenómeno se habría consolidado durante los primeros años de gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), cuando se interrumpió la cooperación militar y antidrogas con Estados Unidos y se redujo la presencia de la DEA en territorio venezolano.
En paralelo, la ofensiva militar del gobierno colombiano de Álvaro Uribe contra las FARC habría empujado a parte de la guerrilla a operar desde Venezuela, donde encontró refugio, rutas y presuntos aliados para el tráfico de cocaína. Informes de la justicia estadounidense sostienen que, desde finales de los años 90, altos funcionarios venezolanos habrían colaborado con las FARC para transportar droga hacia Estados Unidos.
Con la llegada de Nicolás Maduro al poder, en 2013, diversos analistas han descrito al Cartel de los Soles como un mecanismo informal para asegurar la lealtad de las fuerzas armadas en medio de la crisis económica: la permisividad frente al cobro de sobornos y el uso de infraestructuras militares —aeropuertos, pistas y puertos— para operaciones ilícitas complementaría salarios depreciados y reforzaría la dependencia de los mandos respecto al Ejecutivo.
4. ¿Quiénes son los presuntos líderes y qué dicen los expedientes?
La imputación de 2020 del fiscal del Distrito Sur de Nueva York señala a Maduro y a figuras clave de su entorno —entre ellos Diosdado Cabello, el exjefe de inteligencia Hugo “El Pollo” Carvajal y el exgeneral Clíver Alcalá— como responsables de dirigir o administrar el Cartel de los Soles desde al menos 1999, en coordinación con estructuras armadas colombianas.
Alcalá se entregó a la justicia estadounidense en 2020 y fue condenado posteriormente a más de dos décadas de prisión por delitos relacionados con narcotráfico. Carvajal, extraditado desde España, se declaró culpable en junio de 2025 de cargos de narco-terrorismo y tráfico de drogas ante un tribunal federal, en un caso donde la fiscalía lo vincula directamente con operaciones atribuídas al Cartel de los Soles.
Ninguna de estas causas ha llegado todavía a juicio contra Maduro ni contra Cabello, quienes continúan en Venezuela y niegan las acusaciones. Sin embargo, la combinación de imputaciones penales, recompensas y sanciones conforma un cuadro en el que Washington presenta a la cúpula del gobierno venezolano como beneficiaria, directa o indirectamente, de ingresos ilícitos vinculados al narcotráfico y a otras actividades criminales.
5. La respuesta de Venezuela y las dudas sobre la estructura del “cartel”
El gobierno venezolano rechaza de forma categórica la existencia del Cartel de los Soles. En recientes comunicados, el Ministerio de Relaciones Exteriores calificó la designación estadounidense como una “mentira vil e infame” y como un “pretexto” para justificar una intervención “ilegítima e ilegal” en el país.
Dirigentes del oficialismo han descrito las acusaciones como una “invención” y una maniobra de la oposición venezolana y de gobiernos extranjeros para promover un cambio de régimen. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, también ha puesto en duda públicamente la existencia del cartel como estructura coherente, calificándolo de “excusa ficticia” utilizada por sectores de derecha para atacar a gobiernos de izquierda en la región, según declaraciones recogidas por medios internacionales.
Por su parte, varios especialistas en seguridad y crimen organizado coinciden en que el Cartel de los Soles “existe y no existe” a la vez: más que un grupo monolítico, sería una constelación de redes descentralizadas de oficiales de distintos rangos que controlan, de manera autónoma, rutas de entrada y salida de drogas, puntos fronterizos, pistas clandestinas y aeropuertos.
Organizaciones como InSight Crime señalan que no hay evidencia de una membresía formal, jerarquía única ni reuniones regulares al estilo de otros carteles latinoamericanos, sino de células incrustadas en el Estado, especialmente en las ramas del ejército, la marina, la aviación y la Guardia Nacional.
6. Reacciones regionales y dimensión geopolítica
Más allá de Estados Unidos, otros países han adoptado posiciones similares. Ecuador, Paraguay, Argentina y República Dominicana han emitido resoluciones o decretos que califican al Cartel de los Soles como organización terrorista, lo que abre la puerta a medidas de control financiero, restricciones migratorias y mayor cooperación policial.
La designación se produce en un contexto de creciente presencia militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico oriental, en el marco de la operación “Southern Spear” contra presuntos barcos de narcotráfico. Desde septiembre de 2025, Estados Unidos ha realizado ataques a embarcaciones señaladas como vinculadas a grupos designados como “narco-terroristas”, entre ellos el Tren de Aragua y organizaciones asociadas al gobierno venezolano, lo que Caracas denuncia como una escalada destinada a forzar un cambio de régimen.
La nueva categoría terrorista refuerza especulaciones sobre un posible uso de marcos legales antiterroristas para justificar operaciones más agresivas en la región, aunque Washington no ha anunciado acciones militares directas en territorio venezolano y expertos en derecho internacional han advertido sobre los riesgos de expandir este tipo de designaciones a actores vinculados a Estados.
7. Escenarios y consecuencias posibles
En el plano interno venezolano, la designación añade presión sobre un gobierno ya afectado por sanciones económicas, aislamiento diplomático y crisis prolongada, pero cuyo liderazgo se mantiene apoyado en el control del aparato estatal y de las fuerzas armadas. La eventual cooperación de exfuncionarios procesados en Estados Unidos —como Hugo Carvajal o Clíver Alcalá— podría aportar nueva información sobre las dinámicas internas del presunto cartel y de la relación entre Estado y redes delictivas.
En el ámbito regional, la etiqueta de terrorismo asociada al Cartel de los Soles puede intensificar la coordinación policial y judicial contra flujos de cocaína y otras economías ilegales vinculadas a Venezuela, pero también polarizar posiciones políticas respecto al gobierno de Maduro y a la legitimidad de las acciones de Estados Unidos en el Caribe.
Por ahora, la designación no modifica la situación judicial de Maduro ni de sus principales colaboradores, ya sujetos a acusaciones penales y recompensas, pero sí consolida un marco narrativo en el que Washington asocia al liderazgo venezolano no solo con corrupción y narcotráfico, sino con actividades catalogadas como terroristas. El impacto final dependerá de cómo se apliquen en la práctica las nuevas facultades legales y de la respuesta de actores regionales e internacionales.
Panorama
A la fecha, el Cartel de los Soles sigue siendo, al mismo tiempo, una figura jurídica central en la estrategia de presión de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro y un concepto controvertido en el análisis académico y político sobre el crimen organizado en Venezuela. Mientras Washington lo presenta como una estructura narco-terrorista enquistada en el Estado, Caracas niega su existencia y varios expertos lo describen como una red dispersa de corrupción militar más que como un cartel convencional. La designación como organización terrorista extranjera abre un nuevo capítulo en la disputa, cuyos efectos concretos —judiciales, económicos y geopolíticos— aún están por definirse.
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