Mirando el futuro

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RADIOGRAFÍA DE LA “CLASE POLÍTICA”

p18i6mkir21hoelagj88ccgqo3A través de esta columna y a lo largo del tiempo he venido sosteniendo que la clase política peruana viene atravesando una permanente decadencia moral e intelectual, a la vez que padece el enquistamiento de la mediocridad personalizada en la mayoría de sus representantes. La desatada   campaña

electoral con miras a las elecciones del 10 de abril es la mejor exhibición que muestra una radiografía del interior de la actual clase política peruana.

Los cambalaches y transfuguismos electorales que muestran a los “representantes” políticos saltando de un partido a otra como grillos advenedizos en busca de una mejor posición en las listas congresales ha superado la capacidad de asombro de la opinión pública. El electorado debe estar asqueado hasta los tuétanos al observar el desparpajo, desvergüenza y la carencia de toda convicción política en el accionar oportunista de algunos candidatos. Al parecer la ideología que parece primar en estos exponentes de la política peruana contemporánea es la de la conveniencia desfachatada, el usufructo personal es lo que prevalece en esta competencia por asegurarse una curul y porque no decirlo tentar el sillón presidencial.

En tiempos pasados de entereza ideológica y de principios, los políticos se mantenían bajo la ideología que los había lanzado a la palestra y casi era nula esa lambisconería buscona de situarse en los primeros lugares de las listas para asegurarse su presencia en el poder. Las invitaciones cursadas a los intelectuales, por parte de los partidos políticos, eran convites diplomáticos de honor para servir al país y no como ahora para servirse del Estado.

En las sedes de los partidos políticos se vive en estos momentos un “corre corre” frenético de extraños personajes que cual “felipillos” son la punta de lanza de oscuros intereses, los mismos que se han convertido en especie de corredores de bolsa, que llevan y traen nombres con cifras bajo la mesa para ofrecerlas a las cúpulas diligénciales con el fin de lograr un cupo y acomodar a sus promotores en los primeros lugares de las listas electorales.

Existe falta de liderazgos y de gente con ideologías. Los políticos han olvidado la visión del mundo y de la sociedad. En las universidades no se discuten temas relevantes y no entienden el beneficio de comprometerse con los demás. Entonces la gente vota por el candidato más guapo, por el que regala más arroz o polos; es decir por el más mercantilista. Con este mal ejemplo de la clase política actual los niños se están formando con la idea del mínimo esfuerzo y el máximo beneficio y los jóvenes ven que da frutos la “criollada”, la mentira, el no honrar la palabra porque eso es la política actual.

Los dirigentes políticos en las universidades quedaron en el olvido y hemos pasado a los grupos formados para beneficiarse con una visión mercantil. Cuántos de nuestros congresistas podemos decir que son verdaderamente políticos o al menos conocen el pensamiento político del Perú, aquí se discute quién tiene más denuncias, pero la discusión política, científica e ideológica no existe.

La clase política es la personificación de la indigencia moral, la gente sabe que le mienten, pero eso lo ha incorporado a sus expectativas porque al final quieren confiar en algo o en alguien, porque si aparece alguien diciendo la verdad nadie le hará caso.

El problema de los políticos es que discuten situaciones domésticas y superficiales y aplican la cultura “combi” en donde todo vale, y el estar en los grupos de poder para beneficiarse se ha convertido en su “modus vivendi”.

No hay formación de líderes porque no conviene educar al pueblo, no existe voluntad de fortalecer los partidos porque es más fácil manipular a la gente que menos sabe. A la política le faltan grupos de vanguardia que con entusiasmo empiecen a cambiar esta realidad. Hasta la próxima semana mis amigos de Primera.

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