Pedro Cateriano afirmó que Hugo Chávez no esperaba que Mario Vargas Llosa aceptara el desafío de debatir con él. Sin embargo, según Cateriano, fue Chávez quien finalmente evitó el debate, dejando un episodio memorable en la política latinoamericana.

Mario Vargas Llosa no solo fue uno de los escritores más reconocidos de los últimos tiempos. A la par de su intensa actividad literaria, en la que obtuvo dos de sus mayores reconocimientos, como el Nobel de Literatura 2010 y su incorporación a la Academia Francesa en 2023, Vargas Llosa llevó igualmente una intensa actividad política que plasmó en cientos de artículos de opinión (muchos de ellos de corte impopular) y en el activismo político (fue candidato a la presidencia a finales de los años 80). Sobre el Vargas Llosa político aún falta mucho por escribirse y razón no falta, ya que el tema político para Vargas Llosa bien podría significar una novela de no ficción en la que confluyen todas sus pulsiones emocionales y convicciones ideológicas.
En este sentido, la biografía política de Pedro Cateriano, Vargas Llosa, su otra gran pasión (Planeta, 2025), pone orden a una trayectoria política que bien podría tener todos los componentes de una novela de aventuras. Cateriano recibe a La República para conversar sobre esta publicación que, para valorarla, debe ser leída con objetividad. Nunca olvidemos que un personaje como Vargas Llosa, así nomás no va a aparecer de un día para otro.
-El libro parte de la admiración.
-Así es y también de una deuda pendiente. El trabajo ha sido realizado en varias etapas, Hubo primero un texto biográfico pequeño que escribí para la UPC, cuando se publicó 20 Peruanos del Siglo XX. Y también parte de una tesis. La campaña presidencial fue el tema de mi tesis doctoral y luego hice un trabajo de investigación en archivos para verificar y cotejar datos. Después de que él escribió el magistral libro El pez en el agua, aparecieron cosas, sucedieron hechos que él en su momento no los tuvo en cuenta.
-¿Como cuáles?
Por ejemplo, el tema del espionaje telefónico acontecido durante su campaña presidencial. Fue para mí muy difícil obtener ese informe de la Comisión Investigadora del Senado, que está íntegramente y por primera vez se publica en un QR en un libro. La idea es que también el lector comprenda a los adversarios que enfrentó. Ahora, sí hay momentos en los cuales coincides con una persona a la que admiras, pero también hay discrepancias, o sea, toda la etapa de su acción como miembro de la cédula de Cahuide. Los pronunciamientos que él tuvo en su etapa de admirador de la revolución cubana, yo marco ahí una distancia que se nota y una discrepancia que se percibe.
-De joven, Vargas Llosa no era un joven entusiasta de la política, no titubeaba.
-Vargas Llosa desde joven creía en la justicia social, su vinculación con el Leoncio Prado le abrió los ojos en cuanto a las diferencias sociales del Perú y luego su paso por San Marcos fueron fundamentales. Si a eso le sumamos el impacto que tuvo en él el golpe de Odría, el cual le sirvió de material para su magistral novela total Conversación en La Catedral, uno aprecia ahí a un Mario Vargas Llosa, efectivamente, como usted señala, que estaba comprometido verdaderamente en lo que él creía y profesaba, el socialismo en libertad, que él verifica luego con el estudio del marxismo-leninismo en el grupo Cahuide y con el adoctrinamiento totalitario en la cédula, que no era en lo que creía, porque se sintió asfixiado. Arias Schreiber lo llega a calificar de subhombre. Pero luego, cuando surge el fenómeno de la revolución cubana, se adhiere. Lo hace comprometido, ya para ese entonces su maestro era Jean Paul Sartre.
-Pero luego se decepciona de Fidel Castro.
-Pronto se dará cuenta de que había cosas que no le gustaban, como, por ejemplo, la UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Población) que detenía a los homosexuales, la invasión a Checoslovaquia, a la que él responde con un artículo, “El socialismo y los tanques”. Vargas Llosa es el primer escritor e intelectual de prestigio que se atreve a discrepar públicamente con Fidel Castro y ya en ese momento se estaba construyendo el culto de la personalidad de Fidel Castro.
-Esta aversión de Vargas Llosa a las tiranías parte de tres hechos fundamentales: el padre, el abuso que estuvo a punto de sufrir a cuenta de un cura y la dictadura de Odría.
-Exactamente. El autoritarismo y la violencia del padre. Lo del intento de abuso fue lo que lo alejó de la religión católica. Y el golpe de Odría a Bustamante y Rivero en 1948. Bustamante y Rivero era muy querido por la familia materna de Vargas Llosa. Toda la familia Llosa quería al tío José Luis y él vio que el único que festejó el golpe de Odría fue su padre. Son eventos que lo formaron políticamente desde niño y adolescente.
-Las etapas históricas consignadas en el libro parecen un ciclo de horror. Les cambiamos nombres y fechas, parecen el Perú actual.
-En el capítulo “Compromiso con el Perú” detallo sus opiniones políticas desde la década del 50 hasta las últimas elecciones generales. Si uno hace una revisión general, se aprecia en él un certero observador de la compleja realidad política y social del Perú, tanto que en algún momento se creyó que ya nos estábamos desjodiendo en el Perú. Lamentablemente, la pregunta de Zavalita sigue vigente por los hechos que estamos viendo últimamente en el país. En especial, en los últimos 10 años.
-En esta etapa fuiste protagonista.
-Yo he sido ministro en dos ocasiones. Dos veces fui interpelado por el Congreso. En la primera, no me negaron el voto de confianza, pero en la segunda sí. Yo recuerdo que ese día había acudido al Parlamento a las 9 de la mañana y regresé a mi departamento a las 6 y media de la mañana del día siguiente. Y la primera llamada que recibí fue la de Mario Vargas Llosa desde Madrid. Cuando le conté los resultados de la votación, noté un silencio, como el dolor del amigo y la preocupación por todo lo que pasaba en Perú, en nuestro país. Otro de los momentos más tristes, fue cuando perdió las elecciones ante Alberto Fujimori, naturalmente en los 90. Pero también eso se fue compensado largamente, por ejemplo, cuando ganó el Nobel de Literatura en 2010, y tuve la suerte de acompañarlo en Estocolmo.
-Tan importante como el Nobel de Literatura, fue su ingreso a la Academia Francesa en 2023.
-Ni en el mejor de sus sueños, este joven sanmarquino de clase media que se fue ya casado a París a cumplir su promesa de ser escritor, que trabajó tan duro, que sufrió carencias en París, pensó que terminaría siendo incorporado a la Academia Francesa, pues es algo fantástico y que va a ser muy difícil que otro peruano, que otro latinoamericano, supere esas vallas tan altas que nos ha puesto.
-Vargas Llosa siempre fue antifujimorista. La crisis que hoy vivimos la originó Keiko Fujimori en 2016, puesto que no dejó gobernar a PPK. Cuando pide en las últimas elecciones votar por Keiko y no por Pedro Castillo, ¿qué fue: traicionar sus convicciones o un acto de amor por el Perú?
-Fue un acto de amor por el Perú. Refleja su compromiso cívico con el Perú. No pidió que se votara por Keiko Fujimori por ser una candidata ejemplar, sino porque era el mal menor frente a las iniciativas golpistas de Pedro Castillo, como suprimir la Defensoría del Pueblo, el Tribunal Constitucional y modificar la Constitución al margen del procedimiento de la Constitución. El hecho de tener un vientre de alquiler como Perú Libre, liderado por un radical comunista convicto y confeso, admirador de la revolución cubana, marxista, leninista y mariateguista, era la suma que nos motivó a tomar esa decisión. Y de otro lado, creo que el tiempo le dio la razón. El golpe de Estado efímero de Castillo probó que no tenía convicciones democráticas y es lamentable, pero el tiempo, como digo, le dio la razón. Ahora, algunos dicen que se debió haber quedado callado, abstenerse. Algunos en política creen que abstenerse es obrar, pero no. Esa no ha sido la conducta de Mario. La conducta de Mario ha sido siempre de acción y de solidaridad. Cuando toma la decisión de viajar a Venezuela en pleno apogeo de la dictadura de Hugo Chávez, lo hace por solidaridad con la oposición venezolana a Hugo Chávez. Sufrió el maltrato de la dictadura, desde el ingreso lo recibieron con insultos. Toda la maquinaria chavista estaba contra él. Hugo Chávez lo retó a un debate público y Vargas Llosa no se corre, acepta ese debate en medio del escándalo mediático y político que había en ese momento en Caracas. Seguramente, Hugo Chávez no pensó que Vargas Llosa le aceptaría el reto y al final el que se terminó corriendo fue Hugo Chávez de ese debate. Esa clase de gestos refleja que no solo ha sido un hombre de palabra, sino de acción. Vargas Llosa siempre condenó a la dictadura como forma de gobierno. Así sea de la derecha, de la izquierda, de civiles, de militares. Uno de los grandes problemas de la incultura democrática, no solo peruana, sino latinoamericana, es creer que la mano dura, que la dictadura, soluciona los problemas. Y en ese sentido, la conducta de Vargas Llosa a lo largo del tiempo ha sido ejemplar. Más adelante recibirá el justo reconocimiento.
-Se le condena por la condecoración de Dina Boluarte en marzo de 2023.
-Hay que ver el contexto. Se le da la condecoración precisamente cuando es incorporado a la Academia Francesa. Es el reconocimiento que le hace el Estado. Si no hubiese aceptado esa condecoración, tal vez un grupo hubiese también dicho está menospreciando la condecoración del Perú porque es un español, un español ahora ligado a Francia. Siempre el ataque artero o la tergiversación de los hechos ha sido algo objetivo contra él. El hecho también de haber recibido la medalla de la ciudad del señor Rafael López Aliaga no quiere decir que sea admirador de López Aliaga. Es un reconocimiento que le hace la ciudad. Lo que lo ha distinguido a él es no recibir, como otros, condecoraciones de dictadores, en eso creo que sí ha sido consecuente. La señora Boluarte integró una dupla con unos antecedentes antidemocráticos, además, como ministra se comportó de manera no democrática, avalando todo lo que hizo Pedro Castillo, pero lo que no está en discusión es su acceso al poder, su sucesión constitucional y creo que eso es lo que lo motivó. Su último acto político fue precisamente inscribirse en Libertad Popular como un acto simbólico. Tener en nuestras filas al peruano más universal, sin duda alguna, es algo que nos compromete. En un ambiente político en donde no hay argumentos y solo hay insultos, la voz de Mario Vargas Llosa sí se extraña. Siempre amó al Perú.