El ministro de Justicia, Aníbal Torres, entró en trompo la semana pasada, una vez que el gremio periodístico le hizo saber que existían supuestas vulneraciones a la
libertad de prensa en el país. ‘¡Existe libertad y libertinaje de prensa!’, dijo con la presión arterial en 15/10. Pero ahí no quedó la cosa, pues el funcionario acusó a un sector
a los hombres y mujeres del lápiz de difamar permanentemente al presidente Pedro Castillo. ‘Los difamadores profesionales no tienen derecho a exigir entrevistas’,
espetó, mientras muchos miraban al suelo.