QUE NO NOS HAGAN EL AVIÓN CON LOS CAZAS

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Esta semana el gobierno de Dina Boluarte anunció festivamente la compra de 24 cazas de guerra que costarán 3.500 millones de dólares. Y adicionalmente también la adqusición de un nuevo avión presidencial por un valor de 300 millones de soles. El Ejecutivo, en una interpretación errónea de la realidad y quizás esperando que el anuncio sea acogido con entusiasmo por la ciudadanía, ocurrió todo lo contrario, Las voces de rechazo de distintos sectores emergieron rápidamente, exigiendo legítimamente que la inversión mencionada, o una equivalente, se priorice para la seguridad interna del país. Esto se debe a la creciente ola de violencia que azota a la población en todo el territorio nacional.

Varios medios de comunicación han calificado la compra de “absurda” y han cuestionado si responde a una “necesidad nacional”, considerando los elevados índices de criminalidad, el deficiente estado de los servicios públicos y los escándalos de corrupción vinculados a compras militares en gobiernos anteriores como los de Alan García y Alberto Fujimori. Me compromete a investigar el asunto para realizar un análisis objetivo sobre la polémica adquisición millonaria.

La última adqusición importante de aviones caza se hizo en la década de 1990, durante el gobierno del recientemente fallecido expresidente Alberto Fujimori. Se trató de 18 aviones interceptores MiG-29 y 18 aviones de ataque a tierra Sukhoi Su-25, todos eran de segunda mano y fueron comprados a sobreprecio entre los años 1996 y 1998, en momentos en que el Perú se defendía de una invasion fronteriza por parte de Ecuador.

Por esa compra, el gobierno peruano pagó 536 millones de dólares, de los que 320 millones fueron para pagar sobornos, según la justicia peruana, que condenó a siete importantes funcionarios por el caso. El exasesor de Fujimori, Vladimiro Montesinos, actualmente preso, reconoció que recibió millonarios pagos para facilitar la operación.

La otra compra importante, que también estuvo rodeada de escándalo, fue la de aviones Mirage 2000 en la década de 1980. El expresidente Alan García fue acusado de recibir sobornos por más de 100 millones de dólares para firmar un nuevo contrato y adquirir menos naves de lo previsto en un acuerdo previo. El caso lo denunció el entonces senador Carlos Malpica en 1986.

Serán 24 aviones de guerra y el primero de ellos deberá ser entregado a Perú antes de finalizar el primer semestre de 2026, justo antes de que culmine el gobierno de Dina Boluarte.

Chile adquirió cazas F-16 en la década pasada y es el único país en Sudamérica que cuenta con este tipo de aeronaves. Recientemente, Argentina, bajo la administración de Milei, anunció en abril de este año que, a pesar de significativos recortes presupuestarios, consiguió un acuerdo para la compra de 24 aviones F-16. Esto ha generado gran controversia, porque como señala el ex primer ministro y militar retirado Óscar Valdés en entrevista reciente, “Las comisiones que pagan los vendedores de armas generalmente están incluidas en los costos”. Es verdad que Perú no ha hecho compras de este tipo en más de 30 años, entonces, ¿cuál es la urgencia?

La seguridad interna es nuestra prioridad. Nuestro país enfrenta paralizaciones debido a huelgas de transportistas, quienes corren peligro si no ceden ante extorsiones. Considerando que la policía cuenta con equipo insuficiente, resulta inapropiado una inversión de 3.500 millones de dólares en 24 aviones de combate nuevos. Dadas las circunstancias actuales, es crucial destinar estos fondos para combatir el crimen organizado, una urgencia de la seguridad nacional que demanda una acción gubernamental más efectiva. Continuaremos con este tema la próxima semana, amigos de Primera.

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