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Los ojos del Cilindro de Avellaneda no estaban puestos en lo que hacían o no los once jugadores. El corazón tampoco estaba metido en conseguir una victoria frente a Temperley. Lo único que le importaba al hincha de Racing era homenajear a ése que vestía la camiseta '22', ése que fue campeón en 2001 y que volvió en 2014 para levantar otro título. Lo único que interesaba era decirle 'hasta luego' a Diego Milito.
La despedida no podría haber sido más perfecta. Como un cuento, fueron, justamente, 22 minutos furiosos de la Academia ante el Gasolero, en los que consiguió dos penales para ponerse en ventaja y cerrar un triunfo que redondea un semestre irregular. El Príncipe convirtió el primero, pero Crivelli le adivinó el segundo, aunque no pudo presentar resistencia ante el rebote que cayó en los pies de Óscar Romero.
En lo que restó del encuentro, casi todo el equipo jugó para el capitán, que tuvo varias chances más para convertir otro gol. Sin embargo, algunas buenas respuestas del arquero rival y otros errores en la definición hicieron que la cuenta personal del delantero quedase en 59 tantos con la casaca albiceleste. Ironías de la vida, fueron 22 los que marcó desde su regreso. Milito se va con la certeza del deber cumplido y de haberle devuelto un poco de todo lo que el club le dio. Será hasta la vuelta.
Ha sido apodado El Príncipe desde su etapa en el Inter de Milan, como tambien DM-22 por las iniciales de su nombre completo y la camiseta Nro 22 que siempre utilizó. Milito con la selección argentina ha sido internacional a partir del año 2003, disputando 21 partidos y marcando 4 goles.
