Con orden de impedimento de salida por presunto tráfico de influencias, Santiváñez asume Justicia en medio de investigaciones y tensiones con la Corte IDH por la Ley de Amnistía.

Un regreso polémico al Consejo de Ministros
El sábado 23 de agosto, la presidenta Dina Boluarte tomó juramento a Juan José Santiváñez como nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos en reemplazo de Enrique Alcántara. El abogado y exministro del Interior, censurado por el Congreso en marzo, vuelve al Consejo de Ministros pese a enfrentar investigaciones fiscales y una orden de impedimento de salida del país por presunto tráfico de influencias.
Antecedentes y perfil del nuevo ministro
Santiváñez, abogado de profesión y con experiencia en el sector público, fue separado del Ministerio del Interior tras recibir una moción de censura aprobada por el Parlamento. Posteriormente, se desempeñó como asesor en Palacio de Gobierno, cargo desde el cual mantuvo cercanía con la presidenta Boluarte. Su retorno al gabinete genera controversia por la investigación que lo vincula con un supuesto soborno de 20.000 dólares para favorecer a un procesado en el Tribunal Constitucional, caso que motivó que el Poder Judicial dictara 18 meses de impedimento de salida del país.
Los planes del Gobierno en materia de justicia
El nombramiento de Santiváñez coincide con la intención del Ejecutivo de impulsar una reforma del sistema de justicia. En su mensaje de Fiestas Patrias, la mandataria sostuvo que dicho sistema requiere legitimidad y mayor eficiencia. El nuevo ministro será el encargado de encaminar esta propuesta ante el Congreso.
Asimismo, sectores políticos señalan que el Ejecutivo evalúa acelerar el debate sobre la permanencia del Perú en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), tema que ha cobrado relevancia tras la promulgación de la Ley de Amnistía a miembros de las Fuerzas Armadas y comités de autodefensa. En marzo, Santiváñez ya había expresado públicamente su intención de abrir dicho debate.
Reacciones políticas y sociales
Diversos actores se pronunciaron tras la designación. La congresista Ruth Luque (Bloque Democrático Popular) afirmó que la presencia de Santiváñez “confirma que la impunidad orienta el gobierno de Dina Boluarte”. Por su parte, el congresista Diego Bazán mostró preocupación, señalando que el abogado ha sido “asesor en la sombra” de la mandataria.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos advierten que el nombramiento del nuevo ministro podría agravar las tensiones con la Corte IDH, organismo que en paralelo analiza casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos en el Perú, como Barrios Altos y La Cantuta.
Contexto político y judicial
El nombramiento ocurre en un contexto de cuestionamientos al Ejecutivo por el traslado de Martín Vizcarra al penal de Ancón II y las denuncias de Betssy Chávez sobre presuntos maltratos en prisión. Ambos casos involucran al Instituto Nacional Penitenciario (INPE), entidad adscrita al Ministerio de Justicia.
Además, la Corte IDH ha ordenado al Estado peruano abstenerse de aplicar la Ley de Amnistía mientras analiza sus efectos, disposición que el Ejecutivo ha desestimado. La propia presidenta calificó las decisiones de la Corte como “injerencias internacionales” contrarias a la soberanía nacional.
Un gabinete en recomposición
Junto con Santiváñez, la presidenta Boluarte también nombró a Ana Peña Cardoza como ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y a Fanny Montellanos como titular de Desarrollo e Inclusión Social, en reemplazo de Leslie Urteaga. Estos cambios marcan un reacomodo ministerial en medio de un clima de tensión política.
Análisis final
Con la designación de Juan José Santiváñez en Justicia, el Gobierno busca fortalecer su estrategia frente a las instituciones nacionales e internacionales que han cuestionado su manejo de los derechos humanos y la independencia judicial. Su gestión será observada de cerca por la comunidad política, organismos internacionales y la ciudadanía, en un escenario donde la relación entre el Ejecutivo, el sistema judicial y la Corte IDH atraviesa uno de sus momentos más críticos.