El clásico más esperado de la fecha 14 del Torneo Apertura entre Universitario de Deportes y Sporting Cristal no tendrá hinchada.
El Estadio Monumental de Ate, usualmente colmado de fervor y cánticos, permanecerá cerrado por sanción.
La Comisión Disciplinaria de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) resolvió imponer una fecha de cierre al recinto y una multa de 6 UIT (S/ 32,100) al club crema, como castigo por los incidentes ocurridos tras la derrota ante Alianza Atlético, donde barristas increparon a los jugadores.

Esta decisión, que deja fuera a más de 40 mil personas que ya habían adquirido entradas, plantea no solo una consecuencia institucional sino también una llamada de atención urgente sobre el comportamiento de las hinchadas, la gestión de seguridad en los clubes y el equilibrio entre pasión y responsabilidad.
La sanción: un castigo que golpea donde más duele
El documento oficial de la FPF señala que el club no garantizó condiciones adecuadas de seguridad tras el partido disputado en el Monumental el pasado fin de semana, cuando algunos hinchas cruzaron zonas restringidas y confrontaron a jugadores como Rodrigo Ureña y Matías di Benedetto. El hecho fue registrado en video y viralizado en redes sociales, lo que aceleró la respuesta de la FPF.
El encuentro ante Cristal, programado para el jueves 22 de mayo a las 9:00 p.m., ahora se jugará sin público y sin el marco que le da vida al clásico.
¿Y los más de 40 mil hinchas?
Universitario ya había vendido más de 40 mil entradas. Familias enteras, barristas organizados, socios, aficionados del interior del país. Todos quedaron fuera. La empresa ticketera ha iniciado el proceso de reembolso, pero el daño emocional está hecho: la ilusión colectiva fue cancelada por culpa de unos pocos.
“El club lamenta profundamente la situación y agradece la comprensión de la hinchada”, señaló Universitario en un comunicado, aunque sin asumir responsabilidades específicas ni anunciar medidas internas concretas.
La pasión mal entendida
Lo que ocurrió en el Monumental no es nuevo en el fútbol peruano. Pero sí es un síntoma que ya no se puede ignorar. Hay una línea que se ha cruzado: la del hinchaje que agrede, impone y amenaza. Ser hincha no es tener licencia para traspasar límites.
El verdadero hincha no acorrala a sus propios jugadores. No invade zonas de seguridad. No genera pánico en su propio club. El verdadero hincha alienta, acompaña, pero también respeta.
El rol del club y la responsabilidad dirigencial
Esta sanción también deja una pregunta en el aire: ¿qué hizo (o dejó de hacer) Universitario para evitar lo ocurrido?
El presidente Jean Ferrari ha sido firme en muchas decisiones administrativas, pero casos como este exigen más que lamentos o comunicados genéricos. Requieren liderazgo, autocrítica y acciones estructurales: filtros de acceso más estrictos, revisión de protocolos de seguridad, sanciones internas y, sobre todo, un mensaje claro de no connivencia con la barra brava.
Los clubes no pueden seguir coexistiendo en silencio con quienes los perjudican desde dentro. El populismo dirigencial, que muchas veces privilegia acuerdos con ciertos sectores radicales a cambio de apoyo, termina por dinamitar la institución desde sus cimientos.
¿Dónde y cómo ver el clásico?
El clásico se transmitirá en vivo por GOLPERU (canales 14 y 714 HD de Movistar TV) y vía Movistar TV App, pero el espectáculo estará incompleto. Sin el color de la tribuna, sin el grito del gol en masa, el partido será una versión reducida de lo que podría haber sido.
Reflexión final: cuando la pasión se convierte en amenaza
Este no es solo un clásico sin hinchas. Es un espejo incómodo para el fútbol peruano. Un recordatorio de que no basta con vender entradas, llenar estadios o subir videos motivacionales en redes sociales. Hay que cuidar el fútbol desde adentro.
Porque el fútbol necesita hinchas, sí. Pero necesita hinchas que respeten al rival, al árbitro, a los jugadores. Hinchas que no conviertan la pasión en presión, la camiseta en excusa, la derrota en violencia.
La sanción impuesta por la FPF es un golpe, pero también una oportunidad. Para Universitario. Para Ferrari. Para el fútbol peruano en su conjunto.
Porque si no entendemos que el respeto es parte del juego, lo único que crecerá no será la pasión… será la distancia entre el hincha y su club.
El fútbol necesita hinchas. Pero también necesita respeto y responsabilidad.